Las sensaciones, sin embargo, son distintas. El Real Madrid jugó primero de visita ante un Bilbao al que goleó con suplentes y comodidad. Dos 2 goles de Kaka de penalti y un tercero de Cristiano Ronaldo, aprovechando el estado de excesiva excitación con el que saltó el conjunto rojiblanco al terreno de juego, decidieron el partido en San Mamés.
El equipo blanco decidió el choque en sendos penaltis, los dos a Di María, el primero de Iraizoz y el segundo de Castillo, pero bien pudo hacerlo al contraataque si hubiese aprovechado la cantidad de contras de las que dispuso ante la meta local. Jugadas parecidas en su concepción al 0-3 marcado con clase por Cristiano tras recibir de Granero.
Fue casi revolucionaria la alineación del Madrid. Con buena parte de sus estrellas de inicio en el banquillo (Ronaldo, Xabi Alonso, Ozil, Marcelo, Adebayor y Carvalho), Jose Mourinho puso sobre el tapete de La Catedral un once que parecía que muy defensivo, once en el que Pepe actuaba de medio centro junto a Lass y Granero y Kaka hacía de enlace con Di María, el jugador más decisivo del choque, e Higuaín.
Más tarde jugó el Barcelona, que sufrió en exceso ante un rival que no contó con el colombiano Fabián Vargas.
Publicidad
A una semana de visitar el Bernabéu, el Barcelona se complicó la vida ante el colista Almería, que contra todo pronóstico se adelantó en el marcador y obligó al conjunto azulgrana a emplearse a fondo para derrotarle (3-1) y mantener así los ocho puntos de renta sobre el Real Madrid.
Almería pegó primero. Contragolpe de Piatti y definición de Corona: 0-1 y cuarenta minutos aún por jugarse.
Publicidad
Aún así, los locales no tuvieron tiempo de acusar el golpe. En la jugada siguiente, Villa fue derribado por Diego Alves y Messi convirtió la pena máxima en el 1-1.
Villa y Pedro lo probaron por partida doble antes de que el joven Thiago firmara su consagración con los mayores elevándose sobre Acasiete y conectando un testarazo a la salida de un córner para consumar la remontada. Guardiola lo premió sustituyéndole inmediatamente por Keita.
Los catalanes no sufrieron en los veinticinco minutos restantes, pero tampoco se prodigaron mucho más para buscar el gol. En el tiempo añadido, y con el conjunto andaluz colgando balones al área azulgrana, Messi sentenció al robarle la cartera a Marcelo Silva.