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Santiago Bernabéu, territorio enemigo para el Real Madrid

El estadio se convirtió en territorio hostil para el equipo ‘madridista’, cuyo entrenador y estrellas conviven desde hace varios partidos con los abucheos.

El coliseo blanco vivió el domingo episodios casi surrealistas que probaron el desencanto que vive la hinchada merengue con su equipo, cuyo juego y resultados han empeorado claramente desde comienzos de año, después de un electrizante final de 2014.

Los aficionados disfrutaron poco del triunfo 2-0 de su equipo ante el Levante en la Liga española de fútbol, donde el conjunto ‘blanco' perdió recientemente el liderato y es segundo en la clasificación con un punto de desventaja sobre el Barcelona.

Todo comenzó media hora antes del inicio del partido, cuando salió el arquero Keylor Navas a calentar. El costarricense, apenas utilizado esta temporada, asistió perplejo a los silbidos que le dedicaron parte de los poco más de 2.000 hinchas que entonces ya habían ocupado sus localidades.

Después llegó la presentación de las alineaciones. El técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, se llevó su ración habitual de abucheos. Luego hubo pitos para dos de sus grandes estrellas, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Y, finalmente, el arquero reserva en el encuentro, Iker Casillas, también sufrió la ira de buena parte del estadio.

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La sesión de silbidos no acabó ahí, pues durante el partido también se reanudaron los reproches. Y eso provocó la reacción airada de varios jugadores.

El primero fue Bale, quien al celebrar su primer gol se tapó los oídos con sus manos. Y más tarde, Cristiano Ronaldo se quedó parado, con las manos en la cintura, mirando a la grada en un gesto casi desafiante. "¿Qué hacéis?", pareció decirle a la grada mientras movía su cabeza con gesto de incomprensión.

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En este extraño clima afronta el Real Madrid el tramo final de la temporada. De nada sirvieron los recientes llamados a la unidad.

"Cuanto tengamos un lazo de unión con el público es mejor para todos", dijo Casillas la pasada semana después de la derrota por 4-3 en el Santiago Bernabéu ante el Schalke alemán, que aunque no pudo eliminar a los ‘blancos' en octavos de final de la Liga de Campeones, sí consumó el divorcio entre el equipo español y sus fans.

El presidente del club, Florentino Pérez, el único que de momento permanece libre de abucheos, convocó el jueves de urgencia a la prensa para intentar atajar las críticas.

"La unidad debe ser nuestra fortaleza ante las críticas. Pido a la afición que apoye a los jugadores y al entrenador. Lo necesitan. Esa es nuestra fortaleza. Y el apoyo es más importante cuando más lo necesitan. La junta está orgullosa del entrenador y de los jugadores", dijo.

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A tenor de lo visto el domingo, su discurso tampoco caló en los hinchas.

La cuestión es ver qué recorrido tendrá el divorcio que actualmente se vive entre equipo y afición, y más teniendo en cuenta que el Real Madrid se juega el domingo ante el Barcelona buena parte de sus opciones en la Liga española.

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Paradójicamente, es probable que los jugadores agradezcan jugar el clásico lejos de su estadio, del ruido y de los reproches a los futbolistas.

Más a largo plazo, habrá que ver cómo afectan los abucheos en ciertas estrellas del equipo. Particularmente en Cristiano Ronaldo, un futbolista especialmente sensible a las muestras de desafecto y que anunció a los periodistas que no volverá a hablar públicamente hasta el final de temporada.

 

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