¿Cuántas uñas le quedaron a los 25 mil fanáticos que llegaron a El Campín? ¿Cuántos casos de pre-infarto registraron las clínicas de Bogotá? Las respuestas, obviamente no se las puedo dar, pero dan cuenta de la definición que se presenció este jueves en la vuelta de los cuartos de final.
El drama brotó, la angustia se hizo presente, pero, como todo en el fútbol, vio luego celebrar a uno solo. Millonarios, el Millonarios de Richard Páez, se metió a su segunda semifinal consecutiva en liga. Como el semestre pasado, cuando la estrella la espantó Equidad, el club azul se ilusiona con una alegría mayor luego de 23 años
Tendrán, eso sí, que quitar de su camino al Junior de Barranquilla, en una serie semifinal que empezará este domingo en la capital y concluirá el miércoles 14 en el Metropolitano.
Y del partido de este jueves festivo, ¿qué se puede decir? Que resultó apasionante, con tintes de polémica por la expulsión a Pedro Franco del juez Jorge Sierra, en una jugada que transformó desde el punto penalti Néider Morantes, y una conclusión épica, con unos cobros interminables pero que finalmente un error de Mauricio González y un acierto de José Mera definieron.
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Remontada, a mil por hora
Millonarios le dio rápido la vuelta a la serie. Se trajo a Bogotá un 1-2 en contra de Envigado que le obligaba a ganar sí o sí este jueves en El Campín. Y lo hizo, con todos los ribetes de un equipo que aspira a grandes cosas. En 26 minutos del primer tiempo ya tenía un 2-0 esperanzador, meritorio.
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En parte, porque saltó a su cancha con hambre, de gloria, quizás, esa que busca hace 23 años. Se paró pronto en el campo naranja y con Ómar Vásquez auxiliando esta vez a Mayer Candelo anunció que iba a mandar en el partido.
Y a los 10' encontró su primer mordisco de gol. En la cabeza de Alejandro Cichero, también juicioso en la parte defensiva. Fue en un tiro de esquina: Ómar la envió con un guante y por los aires bogotanos apareció esa bandera venezolana para con un testazo impresionante eliminar rápidamente la ventaja naranja.
En ese momento, Envigado era espectador del juego local. Pedro Sarmiento, con dos líneas de cuatro y Néider Morantes flotando, le apostaba a tener la pelota. Alcanzaron los antioqueños a avisar con una jugada colectiva impresionante a la que Nelson Ramos le dijo no.
Antes, a los 26, Vásquez, el pequeño nortesantandereano, recibió en la media luna que delimita el área, se volteó, se quitó como un relámpago a un defensor de encima y con un remate preciso, perfecto, guardó el balón en el ángulo superior derecho del arquero Barahona.
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No sobra decirlo, Millonarios jugó su mejor primer tiempo del torneo a costa de un Envigado dormido, encalambrado por el frío capitalino.
En el segundo tiempo Jorge Sierra dijo presente
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No es el nombre de un jugador, es el árbitro del compromiso, que se apuntó en el compromiso con una jugada aún incierta. Al minuto 48, luego de un tiro de esquina, Andrés Orozco, defensor naranja, agredió a Pedro Franco, el juvenil reaccionó con un golpe y el juez le mostró la roja al jugador de Millonarios. Fue, al mismo tiempo, penalti. Ahí, Néider no falló, con un cobro arriba, al ángulo, doloroso para la fanaticada local.
Claramente, el encuentro se desequilibró, en lo numérico y en lo anímico. El conjunto de Richard Páez tenía el balón cuando podía, Envigado lo esperaba en una actitud hasta tacaña.
En esa tónica, paradójicamente, el 'embajador' supo llevar peligro al arco de Barahona. Con participaciones de Robayo, Luis Mosquera y Toloza, al minuto 90, en una pelota que devolvió el horizontal.
El pitazo final de Sierra le dijo a los espectadores que el semifinalista se encontraría con tiros desde el punto penalti, luego de un 3-3 global.
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Néider Morantes abrió esa instancia con un disparo que atajó Nelson Ramos. A continuación, Mayer Candelo y el mismo Ramos, acertaron, por Millonarios, mientras que por Envigado embocaron Juan Fernando Quintero y Faryd Díaz.
En el tercer cobro azul erró Wilson Carpintero, y a él le siguieron con fortuna Camilo Pérez, Rafael Robayo, Jorge Horacio Serna y Edison Toloza, respectivamente.
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Con la serie de penaltis 4-4, vino la muerte súbita. Yilmar Angulo sí, Juan Esteban Ortiz sí, Jhony Mosquera sí, Jefferson Angulo sí, Mauricio González no y en el último lanzamiento, definitivo y con sabor a clasificación, José Mera sí. En ese momento, las 7:48 p.m. de Colombia, Millonarios celebró su paso a la semifinal. Huele a final en Bogotá.