Luqueño lució optimismo y además tuvo suerte. A los tres minutos sus jugadores recuperaron un balón en la mitad de la cancha y Ortega ingresó en el área y anotó tras pasar el balón por encima de la cabeza del portero Weverton.
Aunque el duelo se presentaba muy ajustado, teniendo en cuenta que ambos equipos estaban invictos en la Copa Sudamericana y que los brasileños ganaron por 1-0 en la ida, Luqueño sacó pecho con ese gol tempranero y se entregó como nunca en el campo.
Los ‘auriazules' presionaron apoyados por una gran hinchada en el estadio Feliciano Cáceres con un juego de intensos pases y mucha posesión que eclipsó los contraataques aislados del equipo visitante.
En el minuto 35 una terrible falta a David Mendieta, que se escapaba por la banda izquierda, dio a Luqueño un penalti que ejecutó Leguizamón.
Weberton detuvo a medias el esférico pero Leguizamón alcanzó el rebote y anotó el segundo gol.
En la segunda parte, los brasileños buscaron con desespero el gol del descuento pero los locales se consolidaron atrás.
El Atlético Paranaense hizo varios cambios ofensivos que ayudaron a desplegar más ataques pero sin consecuencias en el resultado final.
Para empeorar las cosas, los brasileños perdieron por expulsión directa a Nikão en el minuto 85.
El Sportivo Luqueño, que sigue invicto en su primera participación en la Copa Sudamericana, espera la definición de los emparejamientos entre el River Plate y el Chapecoense brasileño, de un lado, así como el del Santa Fe con el Independiente argentino, del otro.
En principio su próximo escollo sería el mejor de la serie entre el campeón de 2014, el River Plate, y el Chapecoense, pero dado que el Huracán argentino ya se clasificó y que este jueves otro equipo de ese país tiene opciones de avanzar, Independiente, quedan en suspense los cruces de las semifinales.
El reglamento del torneo da énfasis a la necesidad de evitar que dos equipos del mismo país lleguen a la final.
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