El guardameta belga cumplió "un sueño" al fichar por el Real Madrid. A sus 26 años deja el Chelsea, previo paso por el Atlético de Madrid y el Genk, club en el que se enfundó los guantes de portero por primera vez.
Courtois nació el 11 de mayo de 1922 en Bree, ciudad belga de la provincia de Limburgo en la que también crecieron otros deportistas históricos belgas como la tenista Kim Clijsters, exnúmero uno del Mundo y ganadora de tres Abiertos de Estados Unidos y un Abierto de Australia: y el piloto de motrocross Stefan Everts, que fue campeón del mundo en diez ocasiones.
Nada tiene que ver con la Bree de la Tierra Media que el escritor John Ronald Reuel Tolkien inventó para sus obras, como El Señor de los Anillos o El Hobbit. Es más, poco de 'hobbit' tiene el belga con su 1,99 metros de altura.
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Courtois viene de una familia con tradición de voleibol. Su padre Thierry y su madre Gitte se dedicaron profesionalmente a este deporte, al igual que hacen su hermana Valérie y su hermano Gaetan, quizá por eso se le da bien el juego con las manos. Aunque él decidió dedicarse al fútbol.
Eso sí, no fue hasta los 7 años, ya en la cantera del Genk, cuando se puso los guantes por primera vez. Su primera toma de contacto con el esférico fue en el K.Bilzerse-Waltwilder VV y lo hizo de lateral izquierdo, demarcación en la que aprendió durante dos años.
Pero tocar el balón con las manos le venía en la sangre, y fue en su paso al Genk en 1999 cuando tuvo la oportunidad de reencontrarse con esa sensación. En las categorías inferiores del equipo del noreste de Bélgica se probaban a todos los chicos bajo los palos y fue entonces cuando a Courtois le cambió la vida.
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En la portería se hizo grande y fue ascendiendo en la cantera hasta llegar a debutar con el primer equipo en un encuentro oficial. Fue el 17 de abril de 2009 frente al Gante tras una situación rocambolesca que hizo que Thibaut hiciera sus primeras paradas en el profesionalismo.
El belga Pierre Denier, técnico del Genk por aquella época, no contaba con Courtois en sus planes pero la marcha de los guardametas Logan Bailly y de Sinan Bolat en invierno, al Borussia Mönchengladbach y al Standard de Lieja respectivamente, la lesión de Sem Franssen y que Davino Verhulst, el portero titular en la segunda parte de la temporada, estuviese sancionado dejó a dos chicos de 16 años como únicos candidatos al puesto.
El técnico tenía que elegir entre Koen Casteels, actual guardameta del Wolfsburgo, y Thibaut Courtois y se decantó por el segundo ya que Casteels salía de una lesión. La elección fue acertada ya que el reciente fichaje del Real Madrid salvó a su equipo en los instantes finales con dos buenas acciones y mantuvo el empate a dos en el luminoso.
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A pesar de su buena actuación fue su último partido ese año ya que Davino Verhulst cumplió la sanción y tuvo que esperar hasta la temporada 2010/2011 para hacerse con un hueco en la portería del Genk.
La primera y última campaña que la defendió, pero que se saldó con el tercer título liguero de la historia del club tras un último encuentro de infarto frente al Standard de Lieja, que se había coronado como campeón las dos temporadas anteriores.
El encuentro se disputó el 17 de mayo de 2011 en el Cristal Arena de Genk en el que el empate coronaría como campeones a los locales en un equipo en el que también comenzaba a destacar un pelirrojo llamado Kevin de Bruyne. Un tanto del nigeriano Kennedy Kwanganga puso el empate en el marcador a once minutos del final. Y fue entonces cuando apareció Courtois.
El cancerbero belga salvó un mano a mano y acto seguido, tras el saque de esquina, realizó una doble parada a bocajarro que salvó a los suyos y le hizo consagrarse a sus 18 años.
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Una actuación que llamó la atención de los grandes clubes europeos y fue el Chelsea quien se hizo con sus servicios a cambio de nueve millones de euros. Pero el checo Petr Cech ocupaba la portería londinense, así que Courtois hizo las maletas rumbo al Atlético de Madrid curtiéndose durante tres años de cesión y ganando la Copa del Rey en 2013 y la Liga Española en 2014.
Tras esto volvió al Chelsea, donde jugó cuatro temporadas, pero su familia seguía viviendo en Madrid y el belga ha vuelto a la capital de España, esta vez al Real Madrid para "cumplir un sueño", como dijo en su presentación como nuevo jugador blanco.