El episodio ocurrió hace unos días en la ciudad de Córdoba (centro), durante el festejo de un gol en un partido en que la sexta división del Boca goleó por 7-2 al Instituto.
"El chico me vino a gritar el gol. Ni siquiera me tocó la boca", destacó el entrenador en declaraciones al canal deportivo TyC Sports.
"Fue una pavada, no podemos andar a los besos con un chico. Estoy dolido porque en el Boca me conocen", aseguró.
Civarelli, exportero del Newell's Old Boys y que en los últimos años también fue entrenador de los guardametas de la primera división del Boca, comentó que los dirigentes del club primero lo suspendieron de manera temporal y luego lo cesaron.
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"Sé que el chico está mal por esto, pero no voy a pedirle que salga a defenderme. Esto me deja 'pegado' (condicionado) para cualquier otro trabajo que me quieran dar", subrayó.