De poco le sirvió al equipo surafricano el esfuerzo realizado durante todo el encuentro, al que sólo le faltó algún destello de calidad para que el sueño de la victoria se hubiera hecho realidad, ante un equipo brasileño que estuvo desconcertado durante mucho tiempo.
Joel Santana, el entrenador brasileño de la Selección de Suráfrica, cumplió lo prometido la víspera del encuentro y su equipo no salió agazapado en su área, sino que trató de jugar de igual a igual ante la todopoderosa Selección brasileña y lo consiguió.
Para ello, trató de imprimir velocidad al juego y sus futbolistas lograron que los brasileños no se sintieran cómodos en el tramo inicial del partido.
Sin embargo, la primera oportunidad del encuentro fue para Brasil en un disparo lejano de Ramires, al que dieron réplica Gaxa, también desde lejos, Mokoena, de cabeza, y Tshabalala en el lanzamiento de una falta.
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Brasil se mostraba menos ofensiva que en otros partidos y aunque cuando manejaba el balón, demostraba su calidad, no era capaz de acercarse con asiduidad a la meta del rival, que durante muchas fases de primer periodo se hizo con la posesión del balón.
La siguiente opción clara para Brasil fue en un lanzamiento de Kaká desde fuera del área y la inmediata para el sudafricano Pienaar. Era un partido de ida y vuelta que en su primera mitad se jugó mucho más como querían los "Bafana, bafana" que como le habría gustado a Brasil.
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Suráfrica se mostró más ofensiva si cabe al comienzo del segundo periodo con un acoso a la meta rival de los que pocas veces había padecido una Selección de la entidad de Brasil, cuyo guardameta Julio César realizó una parada prodigiosa en un balón rebotado poco antes del cuarto de hora de juego. Hasta Kaká bajaba a defender.
Mediado este periodo, disminuyó el vendaval de los sudafricanos y el encuentro se niveló, aunque sin que la meta de Khune viviera situaciones de inquietud.
El equipo local sabía que a Brasil le faltaba claridad, pero también que le sobraba calidad, por lo cuando el encuentro entró en su cuarto de hora final, empezó a mostrarse como un equipo más conservador y a tratar de resolver el encuentro con disparos tan lejanos como desviados.
Cuando el partido estaba para la prórroga, en una acción aislada de ataque de Brasil, Mokoena cometió falta sobre Ramires y ésta fue lanzada magistralmente por el recién entrado Dani Alves, lo que dio el triunfo al equipo brasileño.
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Ficha técnica
Brasil: Julio César, Maicon, Lucio, Luisao, Andre Santos (Dani Alves, m.81), Gilberto Silva, Felipe Melo, Ramires, Robinho, Kaká y Luis Fabiano (Kleberson, m.90+).
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Sudáfrica: Khune, Gaxa, Mokoena, Booth, Masilela, Mhlongo, Dikgacoi, Pienaar (Van Heerden, m.90+), Thsabalala (Mhpela, m.90+), Modise (Masehgo, m.90+) y Parker.
Gol: 1-0,m.87: Dani Alves
Árbitro: Masimo Bussaca (SUI). Amonestó por Brasil a Felipe Melo, Dani Alves y Andre Santos y por Sudáfrica a Masilela
Estadio: Ellis Park
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Incidencias: en los prolegómenos del encuentro los capitanes de ambas selecciones, Lucio por Brasil y Mokoena por Suráfrica leyeron un manifiesto contra el racismo. Terreno de juego en irregulares condiciones y menos de cinco grados de temperatura. Asistieron al encuentro 48.000 espectadores, entre ellos el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. La selección de Sudáfrica vistió completamente de verde por la coincidencia de colores entre ambos equipos.