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Una victoria era suficiente para que el equipo de Antonio Conte se uniese al resto de selecciones ya clasificadas: Austria, República Checa, Inglaterra, Francia, Islandia, Irlanda del Norte, Portugal, España y Suiza.
La última vez que Italia no clasificó fue en Suecia 1992 y, por la entidad de su rival, parecía de antemano que tenía todas las opciones de ganar frente a los hombres de Robert Prosinecki.
Sin los lesionados Andrea Pirlo y Lorenzo Insigne, damnificados en uno de los entrenamientos de esta semana, y sin el sancionado Daniele De Rossi, Conte no pudo contar con tres jugadores clave en su esquema para afrontar el que podía ser el último partido en el que Italia se iba a jugar algo.
Conte utilizó a Marco Parolo y a Candreva como recambios de Pirlo y De Rossi e Italia no tuvo problemas para dominar todo el partido. Apenas concedió un respiro a Azerbaiyán, que solo con un fallo de Giorgio Chiellini pudo celebrar algo a lo largo de los 90 minutos.
Pero antes de ese error, Éder Martins hizo en el minuto 11 el primer tanto del duelo tras aprovechar una buena asistencia de Marco Verratti. El delantero brasileño nacionalizado italiano aprovechó muy bien el pase de su compañero para batir en un mano a mano a Kamram Agayev.
Entonces, Italia se relajó durante unos minutos. Con el 0-1, ya tenía todo hecho, se confió, atrasó sus líneas y comenzó a especular con el resultado. Posteriormente, aprendería de ese fallo y, tras el tanto del empate, obra de Dimitrij Nazarov tras dos errores consecutivos de Chiellini y de Leonardo Bonucci, nunca más volvió a jugar con el marcador.
Stephan El Shaarawy se encargó de agitar a la defensa de Azerbaiyán y antes de marcar el segundo, rondó el gol con dos disparos que estuvieron a punto de adelantar a Italia. Al final, a la tercera fue la vencida y una combinación entre Candreva y Éder la aprovechó el jugador del Mónaco para adelantar a su selección justo al borde del descanso.
Azerbaiyán, herida de muerte tras el gol de El Shaarawy, volvió al campo más ansiosa y menos efectiva que en el primer tiempo. Italia fue a sentenciar el choque y lo consiguió en su segundo disparo. El primero, de Éder, lo sacó bajo los palos Rashad Sadygov, y el segundo, de Darmian desde fuera del área, acabó dentro de la portería de Azerbaiyán.
Era el minuto 65 y con 25 por delante y todo el trabajo hecho, Italia se relajó para disfrutar de la que será su novena Eurocopa y su sexta consecutiva. En Francia intentará volver a ganar un título que se le escapa desde 1968, cuando ganó en la final a Yugoslavia en un equipo que lideraban Luigi Riva, Sandro Mazzola y Dino Zoff. Ahora, Pirlo, Buffon, Verratti y el resto de la selección transalpina, intentarán recoger aquel testigo lejano.
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