El modesto Ludogorets búlgaro logró un meritorio empate al final del partido contra un Liverpool que logrará pasar a la siguiente ronda de la Liga de Campeones si vence al Basilea en la última jornada.
Los primeros tres goles llegaron en la primera mitad del partido. El primero de ellos lo marcó el español Dani Ábalo apenas tres minutos después del pitido inicial.
La controvertida estrategia del técnico del Ludogorets de situar al antiguo jugador del Celta de Vigo como delantero por la baja del atacante internacional esloveno Roman Bezjak por lesión dio resultado a las primeras de cambio.
Tras un arranque en velocidad, el brasileño Marcelinho disparó y su tiro no lo pudo atajar el portero del Liverpool, cuyo despeje cayó a un atento Ábalo para marcar sin oposición.
La euforia del Ludogorets no duró mucho, ya que la defensa búlgara cometió poco después un grave error que permitió a Ricky Lambert rematar de cabeza a gol una jugada de carambola en la que se impuso a un despistado Cosmin Moti.
Después de estos dos goles en siete minutos, los jugadores del equipo búlgaro, que hasta el momento habían impuesto un ritmo acelerado, presionaron al Liverpool en la medular para dificultarles el juego.
Los locales parecieron en esos minutos muy cerca de marcar su segundo gol, mientras los ‘reds' tenían problemas para tomar las riendas del partido.
La suerte estuvo con el portugués Fábio Espinho, cuyo disparó salvó el meta Simon Mignolet en el minuto 34.
Tres minutos más tarde, en una contra del Liverpool Raheem Sterling puso una pelota cruzada en el área para que Jordan Henderson marcase de un remate con el pie derecho.
La segunda mitad del partido empezó con ambos equipos tomándose la medida, con cautela.
En el minuto 63, en medio de un desorden frente la portería del Ludogorets, un cabezazo de Lambert no acabó en gol porque su rematé dio en la pierna de un defensa local casi en la línea de meta.
En el 81 Sterling se quedó solo tras una jugada individual ante la meta local, pero su tiro fue bloqueado por Stoyanov.
Inmediatamente después el brasileño Quixadá remató contra la portería inglesa tras una rápida contra pero la pelota salió desviada muy cerca de la portería.
Pero la presión de los locales en los minutos finales tuvo su recompensa en el minuto 88, cuando el capitán Dyakov peinó al segundo palo un tiro de esquina córner para que Terziev pusiera el definitivo empate en el marcador.
Y en el minuto 90 Quixadá estuvo muy cerca de marcar el tercer gol de Ludogorets y lograr los tres puntos, pero Mignolet desbarató la ocasión.
Ficha técnica: