"Estoy segura de que Messi quería mucho a su abuela, por lo que creo que aceptará mi invitación. Puede descansar aquí de todo el estrés y disfrutar de la naturaleza, la tranquilidad y el silencio", aseguró Isolda Chjeize, de 77 años, a la prensa local.
Chjeize, que se convirtió en toda una celebridad en vísperas de la final española de la Supercopa de Europa disputada en agosto en Tiflis entre el Barcelona y el Sevilla, en la que el equipo catalán se alzó con el título en la prórroga (5-4) con dos goles de Messi, decidió invitar por carta al futbolista a su casa.
"Mi hijos hace mucho que se fueron a Tiflis (la capital georgiana) y me piden que me vaya con ellos. Pero aquí está la tumba de mi difunto esposo y no me quiero marchar", señala.
La anciana vive en la aldea de Chartali, provincia de Mingrelia (oeste de Georgia), junto a cuatro vacas, tres perros y varias gallinas, y su vecino más cercano se encuentra a un kilómetro y medio.
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Esa zona es famosa por sus inhóspitos y bucólicos parajes, pero sus residentes emigraron a otras partes del país en busca de trabajo y mejores perspectivas.
Messi le regaló una camiseta del Barcelona con su número 10 después de que en una anterior carta la anciana georgiana le expresara su admiración y le narrara la historia de su ternero.
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"Mi vaca estaba pariendo justo cuando Messi jugaba un partido. En cuanto Messi marcó un gol, nació el ternero. Y le llamé Messi", relató en agosto a la prensa.
Isolda cree que la estrella del Barcelona le respondió "porque siente un gran respeto por la gente mayor" y "siempre dedica los goles a su abuela".
"El sueño de mi vida es ver a Leo Messi y creo en Dios que este sueño se cumplirá y entonces viviré hasta los cien años, ya que eso me dará fuerza", aseguró entonces.