"Todavía tengo la determinación intacta y estoy hambriento (de victorias), si no fuera así no estaría sentado aquí. Mi trabajo consiste en dar importancia a lo que es importante, y lo más importante es que amo al fútbol y a este club", señaló el técnico.
El francés, de 63 años e inmerso en su decimosexta temporada como entrenador del Arsenal, no ha visto levantar un título a sus jugadores desde hace siete años, cuando ganaron la Copa de Inglaterra de 2005.
A pesar de que algunos medios británicos especularon con que su puesto al frente del vestuario "gunner" nunca estuvo tan en entredicho como esta temporada, Wenger quiso zanjar cualquier rumor sobre la posibilidad de abandonar el banquillo del Emirates a corto plazo.
"Doy todo lo que tengo para que el club funcione lo mejor posible. Estoy muy centrado en eso y no pienso en ninguna otra cosa", señaló Wenger.
El preparador subrayó además que entiende que "la gente haga críticas cuando los resultados no son los esperados: parece que ese es la forma moderna de hacer las cosas", afirmó.
"Alguien puede pensar que 16 años (al frente del equipo) puede ser una desventaja, pero también puede suponer una ventaja, porque acumulas mucha experiencia", apuntó el técnico.
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