La Conmebol determinó que la final se juegue en el Mineirão, estadio del Mundial de 2014, también ubicado en Belo Horizonte, recién remodelado y con aforo de 63.000 personas, pero Mineiro preferiría hacerlo en Independencia, el fortín en el que no conoce la derrota en 38 partidos seguidos.
La capacidad del Independencia, de 25.000 espectadores, no llega al mínimo de 40.000 asientos exigido por la Conmebol para la final de la Libertadores, que se jugará el próximo día 24.
El partido de ida de la final se jugará este miércoles en el estadio asunceno de Defensores del Chaco.