El lateral colombiano volvió a tener un partido destacado en el equipo 'colchonero' tanto en la defensa como en el ataque.
Un gol de Antoine Griezmann, el segundo en su cuenta particular, en el minuto 80, rescató al Atlético ante el Valladolid (2-3), que fue capaz de igualar un 0-2 adverso cuando todo parecía sentenciado, y que tuvo a los rojiblancos contra las cuerdas durante muchos momentos del duelo.
Atlético de Madrid, que no ganaba a domicilio desde el 22 de septiembre, doblegó de esta forma al Valladolid en un partido de poder a poder que por momentos no permitía ni un pestañeo, ya que las alternativas hicieron que los acontecimientos se acumularan, pero la mayor pegada de los madrileños les dio el triunfo..
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Eran dos cuñas de la misma madera, ambos equipos tienen argumentos futbolísticos similares, aunque paradójicamente los vallisoletanos rinden mejor fuera y los madrileños en casa.
La vuelta de Filipe Luis al lateral zurdo adelantó a Saúl a su posición natural en el centro de campo rojiblanco y el partido empezó marcado por la enérgica salida de los madrileños.
Los de Simeone acorralaron inicialmente a un Valladolid que parecía despojado de su traje de equipo revelación y asistía desolado al arranque furioso del rival. Fueron minutos de un Atlético acometedor y solo un par de llegadas por banda permitieron respirar a los locales, que salieron con el mismo once que ganó a la Real porque Sergio no toca lo que funciona.
Pese al dominio, no hubo noticias importantes de los rojiblancos en ataque durante esta primera fase. Sin Diego Costa, el Atlético a veces se encoge como una camiseta de algodón tras pasar por la lavadora, pero hay que reconocer que hoy no rehuía la pelea ante un Real Valladolid que se vino arriba cuando el partido transitaba por su primer cuarto de hora.
A partir de ese momento, el encuentro se equilibró. La batalla del medio campo se perdió en imprecisiones y peleas de modo que ninguno gobernaba claramente esa zona. Era todo un ir y venir. No obstante, el Valladolid, apoyado en su bloque defensivo y en el aporte racial de Rubén Alcaraz, vio que cuando quería llegar, podía.
Sin embargo, cuando mejor estaban los locales, un desmarque notable del croata Nikola Kalinic le permitió recibir en ventaja y cruzar el balón ante la salida de Jordi Masip (min. 25).
El partido se puso donde quería Simeone y para el Valladolid este tanto del croata fue como un golpe en plena mandíbula. El 0-1 tuvo efectos balsámicos y le permitía al Atlético plantear un partido a la contra para guardar ese tesoro bajo siete llaves. Es su ADN.
Con la primera parte agonizando, el Real Valladolid tuvo dos opciones para empatar, ambas en dos centros de Nacho, La primera acabó con un disparo de Oscar Plano que se fue alto por muy poco y un minuto después Enes Unal remató de forma defectuosa cerca del área pequeña y con todo a favor.
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En los últimos minutos de la primera parte pudo suceder cualquier cosa, pero sucedió que un disparo de Antoine Griezmann golpeó en una brazo de Kiko Olivas camino de la portería y pese a que paró Masip, el VAR hizo revisar la jugada y puso en evidencia un claro penalti.
Griezmann lo transformó y puso la cosa 0-2 en el minuto 45, así que el partido ya parecía del Atlético de Madrid aunque el Valladolid salió a por todas en la segunda y tuvo "un arreón" con dos oportunidades claras antes del minuto 50.
Fue el preludio del tanto de Fernando Calero, tras un testarazo a la salida de un córner botado por Míchel Herrero (min. 57). Poco después se lesionó Filipe y Saúl hubo de volver al lateral zurdo para que entrase Thomas.
La segunda parte era del Valladolid, con Keko Gontan y Nacho pletóricos en banda, y el miedo apareció en un Atlético que encajó otro tanto tras golpear en Saúl Ñiguez un remate de Unal (min. 62).
Los del Cholo intentaron recuperar el mando. Apretaron, y mucho, entraron Vitolo y Gelson y, además, el Valladolid dio un paso atrás y empezó a firmar las tablas por un agotamiento físico aparente y real.
Así en un fallo defensivo local, Griezmann materializó el 2-3 definitivo, aunque los vallisoletanos reclamaron un penalti por mano de un defensor rojiblanco, que el VAR desmintió.
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