"Denle el balón a Messi", titula el diario Sport-Express en su portada a cinco columnas, que incluye una foto de la jugada del tercer gol de la estrella barcelonista que marcó tras regatear al portero.
El diario hace un paralelismo entre el partido de este martes y lo ocurrido en 1965 cuando Brasil visitó Moscú y el entonces estadio Lenin albergó a más de cien mil aficionados soviéticos.
Entonces, Pelé, que ganó los Mundiales de 1958 y 1962, también marcó dos goles y Brasil ganó por 0-3 a la Unión Soviética en un amistoso.
Cuando la afición local entendió que la derrota era inevitable y que los brasileños practicaban un fútbol de otro planeta, comenzó a corear: "Denle el balón a Garrincha".
Lo único positivo que destaca la prensa rusa sobre el Spartak es el magnífico comportamiento de los aficionados, que a pesar de la inferioridad del equipo local no dejaron de animar al equipo dirigido por el español Unai Emery hasta el pitido final.
Este martes el estadio olímpico Luzhnikí, que acogerá la final del Mundial de Rusia 2018, dio cabida a más de 70.000 espectadores, un lleno que no se veía en la capital rusa desde la final de la Liga de Campeones disputada en 2008 entre Manchester United y Chelsea.