Atacante de banda, Laudrup firmó una cesión de medio año en el club francés, que además tiene una opción de compra.
De esta forma, sale del Nordjaelland en el que la presión de su apellido le pesaba demasiado, según su entorno, que deseaba una salida para poder demostrar su valía.
La cesión al Saint-Etienne se produce después de que el mes pasado el futbolista efectuara unas semanas de prueba en las que, si bien no dejó una gran huella fueron suficientes para darle la oportunidad de jugar hasta final de temporada.
Tendrá que aprovechar cada instante que se le presente en el club dirigido por Christophe Galtier, un histórico venido a menos que, en la actualidad, ocupa la décima posición de la tabla.
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Nacido en Barcelona cuando su padre formaba parte del ‘dream team' dirigido por Johan Cruyff, Andreas Laudrup se formó en el Real Madrid, cuando su progenitor cruzó el Rubicón del otro lado del eterno rival de los ‘blaugrana'.
Posteriormente se trasladó a Dinamarca y, allí, su carrera se debió más a su apellido que a sus prestaciones.
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Con los jóvenes tuvo cierta continuidad y sumó 17 apariciones con la camiseta sub-21, que no le sirvieron para ser convocado en ninguna ocasión con la selección absoluta.
En parte, considera su entorno, por la presión que supone en Dinamarca llamarse Laudrup, lo que les llevó a buscar otro destino.
Descartaron España e Italia, donde el padre dejó el listón demasiado alto en sus pasos por la Juventus de Turín, el Barça y el Madrid, y también Inglaterra, donde entrena el progenitor, o Alemania, donde militó su tío Brian.
Así pues, quedaba Francia, donde encontraron la oportunidad del Saint-Etienne, que puede ser el trampolín que busca este jugador de 1,75 metros y 61 kilos, de aspecto endeble y un talento por demostrar.
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