La luxación en el hombro derecho que sufrió Petr Cech en los primeros minutos de la ida de las semifinales de la Liga de Campeones en el Vicente Calderón la semana pasada ha obligado a Mourinho a echar mano del guardameta que fichó pensando en ocasiones como esta.
El luso no quería sentar en el banquillo durante meses a una joven promesa que acabara frustrado al ser incapaz de hacerle la competencia al indiscutible Cech, sino a un veterano que mantuviera la calma y fuera capaz de saltar al campo en plenas condiciones en el momento más inesperado.
Así lo hizo Schwarzer en el minuto 18 del duelo en el Vicente Calderón, quizás el más importante de la temporada hasta entonces para el Chelsea, cuando el guardameta checo tuvo que ser sustituido tras lesionarse en una caída.
Apenas diez minutos después de plantarse bajo los palos, el australiano demostró su aplomo y capacidad de concentración al desviar una de las mejores ocasiones del conjunto español, un disparo de Mario Suárez que podría haberse convertido en el 1-0.
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No era la primera vez que Schwarzer se enfrentaba a los rojiblancos, pero sí la primera ocasión en la que lograba mantener su portería a cero al término de los noventa minutos.
En 2010, el australiano ya se había medido al Atlético en Hamburgo, en la final de la Liga Europa que se llevó el equipo que entonces dirigía Quique Sánchez Flores por 2-1.
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El uruguayo Diego Forlán batió primero a Schwarzer poco después de la media hora y sentenció el duelo con un segundo tanto en la prórroga que dio al equipo madrileño un título europeo que echaba de menos desde la Recopa de 1962.
El portero australiano, que el pasado año anunció que dejaría de entrar en las convocatorias de su selección nacional, todavía estaría tres años más en Craven Cottage después de aquella final europea, hasta que el verano pasado terminó su contrato y quedó libre con 40 años.
Su carta de libertad coincidió con la llegada a Londres de Mourinho, que vio en él al portero con experiencia que necesitaba para su proyecto en Stamford Bridge y le ofreció un contrato de una temporada.
"Lo sabe todo sobre la portería, sobre el área pequeña", señaló el entrenador portugués, que incidió en que su fichaje responde a "su experiencia" y "al número de partidos que ha disputado durante su carrera".
No en vano, Schwarzer lleva más de quince años en el fútbol inglés: antes del Chelsea y el Fulham había jugado en el Middlesbrough y el Bradford City.
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En 2012, el australiano, nacido en Sídney y de 1,94 metros, se convirtió en el primer extranjero que llegaba a los 500 partidos en la liga inglesa.
Schwarzer comenzó su carrera en el australiano Marconi Stallions, antes de viajar a Europa para jugar en las filas del Dynamo de Dresde alemán en 1994 y fichar posteriormente por el Kaiserslautern.
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Fue internacional absoluto desde 1994 y disputó 108 partidos con su combinado, incluidos los duelos del Mundial de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.