Ambos empresarios, padre e hijo, dueños de la empresa Full Play y acusados de haber pagado hasta 150 millones de dólares en sobornos, fueron informados de la llegada del pedido de Interpol al despacho del juez argentino Claudio Bonadío, que atiende en la causa judicial local.
Los Jinkins, que gozan del beneficio de la prisión domiciliaria en el norte del cinturón metropolitano de Buenos Aires, rechazaron la solicitud de Estados Unidos y apuestan a extender los plazos al máximo tiempo posible.
Full Play, empresa dedicada a los derechos televisivos del fútbol, firmó contratos para las selecciones de Sudamérica, Concacaf y algunos torneos continentales, que ahora están bajo investigación en la causa iniciada contra la FIFA en Estados Unidos, que también involucra a ocho dirigentes de ambas confederaciones.
A diferencia del otro empresario involucrado, Alejandro Burzaco, que la semana pasada declaró en Estados Unidos, los Jinkis optan por la estrategia de permanecer en Argentina desde que se entregaron en Buenos Aires el pasado 18 de junio, en los tribunales de Comodoro Py.
En tanto, Alejandro Burzaco, máximo responsable de la empresa Torneos, luego de declarar en Nueva York pagó una fianza de 20 millones de dólares para permanecer en prisión domiciliaria con tobillera electrónica en un departamento.