Tres empates en otros tantos partidos del campeonato doméstico han dejado al multimillonario proyecto catarí en la undécima plaza, lejos del liderazgo que ostenta su histórico rival, el Olympique de Marsella, que ha cosechado tres triunfos.
Pero más allá de los resultados, el equipo que dirige Carlo Ancelotti carece de argumentos para ilusionar a corto plazo.
El entrenador italiano apela a su impresionante palmarés para pedir paciencia con un equipo plagado de nuevas figuras que, en muchos casos, todavía no han alcanzado su mejor momento de forma.
Pero el empate cosechado el domingo, en un Parque de los Príncipes abarrotado frente al Girondins de Burdeos, provocó que aparezca la fatídica palabra crisis, al tiempo que en la grada aparecieron los primeros silbidos.
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Más aun si se tiene en cuenta que los girondinos habían reservado a buena parte de sus titulares con la vista puesta en el encuentro de Liga Europa que disputarán frente al Estrella Roja de Belgrado del jueves.
Nada de eso sirvió para que el PSG dejara entrever el nivel de juego que se supone al proyecto más caro del actual fútbol europeo, financiado con los petrodólares de los propietarios cataríes, que también comienzan a impacientarse.
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Ancelotti ha pasado ya nueve meses al frente del club de la capital francesa, pero su huella no se ha dejado notar todavía.
El técnico italiano pide tiempo. "Hay demasiadas incorporaciones, todo irá mejor en los próximos partidos", afirma.
El mejor ejemplo es ‘Ibra', que centra buena parte de las miradas del Parque de los Príncipes y que, de momento, no ha abierto el tarro de las esencias.
El delantero sueco fue la referencia ofensiva de su equipo, pero el PSG apenas inquietó la meta de Carrasso.
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El argentino Javier Pastore, segundo fichaje más caro del club, también aparece muy lejos de la forma que se le supone y, por el momento, aglutina más decepciones que alegrías en su paso por la capital francesa.
El brasileño Thiago Silva todavía no ha debutado y el domingo saludó al que será su público antes del inicio del encuentro contra el Burdeos.
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El PSG pasará un nuevo examen frente al Lille el próximo sábado, una oportunidad para dar confianza a los aficionados y a los propietarios de la entidad.
Silva podrá debutar y el equipo podrá mostrar la mejora que Ancelotti promete en cada comparecencia de prensa.
De lo contrario, la situación amenaza con enquistarse y el multimillonario proyecto puede descarrilar.
En tres semanas, el PSG debuta en la Liga de Campeones, el ansiado regreso a la máxima competición europea, verdadero escaparate en el que los cataríes quieren mostrar a su equipo.
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Si el nivel de juego no mejora, será difícil que el PSG en su versión Golfo Pérsico brille entre los grandes del continente. Ancelotti pide tiempo y el reloj ha comenzado ya a correr en su contra.