El encuentro podría ser el primero de David Beckham con la camiseta de PSG, por lo que al interés deportivo que arrastra siempre estos duelos se suma al interés "people" que lleva consigo la estrella inglesa.
Su llegada hace unas semanas al conjunto parisiense ha sido la guinda de un pastel formado de figuras de renombre recolectadas a base de talonario.
El omnipotente PSG versión catarí tiene un valor tres veces superior al de un Olympique de Marsella que ha tenido que revisar a la baja sus ambiciones económicas.
Así lo indican las cuentas del diario deportivo "L'Équipe", que considera que el conjunto de la capital tiene un valor de mercado de 212 millones de euros, frente a los 68 millones de la plantilla marsellesa.
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Por no hablar de los salarios. El once inicial del PSG cuesta a sus propietarios cataríes 5,5 millones de euros mensuales, frente a los 2,2 millones que tiene que desembolsar el Olympique para pagar las nóminas.
Una diferencia que marca la trayectoria de un club avalado por los petrodólares de Oriente Medio y otro que ha dejado atrás la gloria financiera.
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Pero que, una vez comenzado el encuentro, quedará reducida al duelo entre dos equipos que se detestan y que representan a dos ciudades que rivalizan en todo en el país.
La ventaja es por ahora favorable a PSG, que lidera la tabla con cierta holgura y que parece haber encontrado la estabilidad necesaria.
El equipo, sin embargo, dejó escapar el pasado fin de semana la primera derrota del año, contra Sochaux (3-2), poniendo fin así a una serie de trece triunfos consecutivos, en todas las competiciones.
Ese contratiempo no ha cambiado el optimismo que reina entorno al club, que tiene puesto un pie en cuartos de final de la Champions tras haber ganado al Valencia en su estadio por 1-2.
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Además, se ha creado cierta inquietud por el rendimiento de su delantero Slatan Ibrahimovic, que ha visto su ritmo goleador detenerse desde el principio del año.
En los últimos ocho partidos solo ha conseguido tres dianas, lo que contrasta con los doce tantos conseguidos en sus diez primeros partidos con la camiseta parisiense.
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Olympique de Marsella, por su parte, llega al encuentro en una trayectoria totalmente diferente.
Con pocos fichajes a principios de la temporada, Elie Baup construyó un equipo sólido que le permitió hacer un fulgurante inicio liguero y liderar la tabla durante varias semanas.
Posteriormente llegó un bache de resultados que le costó la eliminación de la Europa League y alejarse del primer puesto de la clasificación.
En las últimas semanas parece haber recuperado el recto camino, aunque todavía le separan cinco puntos de PSG.
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A Marsella le falta un líder en su juego, puesto que, cada día de forma más clara, ocupa Mathieu Valbuena, que a sus 28 años aparece como el auténtico sustento del equipo.
Habrá que ver si la humildad marsellesa es suficiente para contrarrestar al gran PSG.
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