Se trata del ejercicio más deficitario desde la temporada 2002-2003 y supone el cuarto año consecutivo de pérdidas.
La mayor parte de los números rojos corresponden a la primera división, cuyos clubes acumulan 103 millones de euros de pérdidas, frente a los 46 millones que perdieron la temporada anterior. La segunda perdió 37 millones de euros, frente a los 18 millones del año antes.
Buena parte de la culpa del aumento de las pérdidas responde al incremento de los salarios de los jugadores, porque los clubes redujeron los gastos en fichajes.
Según los datos de "L'Équipe", en la temporada pasada los clubes franceses vendieron más que compraron, lo que les valió un superávit en este capítulo de 210 millones de euros.
El mercado de fichajes de este verano es una buena muestra de la contención del fútbol francés. Sólo el París Saint-Germain y sus nuevos propietarios cataríes tiraron de talonario, mientras que el resto de los clubes vendieron más que comprado, hasta generar un superávit conjunto de 82 millones de euros, que se traducen en un déficit de 61 millones si se incluye al PSG.
La pasada temporada también mejoraron los ingresos, que alcanzaron los 1.330 millones, frente a los 1.240 del año anterior.
Pero en el capítulo de salarios, el presupuesto de la primera división fue de 850 millones de euros, frente a los 777 millones de la temporada anterior. En segunda pasaron de 156 millones a 193 millones.
El diario, que precisa que los datos son provisionales, alerta de un posible agravamiento de la situación ante la rebaja prevista para los próximos años de los ingresos por televisión, el 58 por ciento del total de ingresos de los clubes, que pueden verse privados de unos 40 millones por temporada entre 2012 y 2016.