Jasper Philipsen se había acostumbrado a escuchar una coletilla tras cada una de sus tres primeras victorias en el Tour de 2023: "Lanzado por Van der Poel, cualquiera". En Moulins, el llegador belga se impuso con más facilidad y sin contar con el apoyo de la locomotora neerlandesa.
"Siempre es mejor contar con él, pero he demostrado que también puedo buscarme la vida", aseguró el ambicioso corredor del Alpecin, que ya ha demostrado su fortaleza en las llegadas masivas.
Cuatro triunfos en cinco esprints masivos aúpan a Philipsen a la condición de mejor llegador de esta edición del Tour, incluso cuando el "tren" no funciona por diferentes motivos.
Van der Poel, el hombre que le había servido en bandeja las tres victorias anteriores, se encontraba un poco enfermo y prefirió preservar fuerzas de cara a la jornada de este jueves, apta para aventureros en la que tratará de buscar su propia victoria de etapa.
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Philipsen se encontraba huérfano, obligado a encontrar un hueco entre la maraña de brazos y ruedas que se dirige a ritmo endiablado a la meta de Moulins, una recta de 900 metros favorable a poner los bólidos a las máximas revoluciones.
El belga de 25 años demostró que, además del más fuerte, también es un estratega inteligente y optó por ponerse a la rueda del neerlandés Dylan Groenewegen, bien lanzado por el equipo Jayco. Fue una decisión acertada, porque cuando el esprint alcanzó su ritmo máximo, el belga pudo emerger para dar el golpe de gracia.
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LA VICTORIA MÁS HOLGADA
Paradójicamente fue su victoria más holgada, pese a que también fue la menos cocinada por su equipo.
Solo el danés Mads Pedersen arrebató un esprint al ciclista de Mol, en Limoges, tras haberse apuntado los de Bayona, Nogaro y Burdeos, a los que sumó el de Moulins.
Es el único ciclista en activo que ha conseguido cuatro victorias en un mismo Tour, junto a Mark Cavendish, que tuvo que retirarse tras una caída camino de Limoges, y el primer belga que consigue un póker en la ronda gala desde Tom Steels hace 25 años.
"No soy bueno en historia, era una de las asignaturas que menos me gustaban en la escuela, pero ponerme al nivel de Steels, aunque no es algo que persiga, quiere decir que estoy haciendo algo importante", aseguró el corredor.
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Con las cuatro de este año y las dos del pasado, Philipsen comienza a construirse un nombre en el Tour de Francia, la carrera que estuvo a punto de frustrar sus ambiciones cuando en 2021 firmó seis podios y se dijo que no llegaría al nivel de los mejores.
Al año siguiente consiguió liberarse en Carcasona y sumó también la prestigiosa victoria de los Campos Elíseos, lo que le devolvió la confianza.
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"Siempre es más fácil cuando vas con confianza, los esprints tienen mucho de mentalidad. A mí me la da en parte la atmósfera del equipo, me permite tomar las mejores decisiones", señaló.
El Alpecin es una maquinaria construida para llevar a Philipsen hasta la victoria.
"Hay algo de fortuna, pero mucho de trabajo. Hemos entrenado duro y ahora estamos recogiendo los frutos. Todos los compañeros trabajan para lo mismo y eso me facilita mucho las cosas", señaló.
En el horizonte, Philipsen tiene dos objetivos en este Tour y ambos están en el mismo escenario, la capital francesa. Repetir triunfo en los Campos Elíseos es uno de ellos, el otro es lucir en el podio de París el maillot verde de la regularidad para el que es el máximo favorito.
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Para ello tiene que superar las duras etapas de montaña que hay por delante, algo para lo que se ha entrenado duro.
"En los últimos meses más que para los esprints me he entrenado para escalar. Lo necesitaba, porque así llegas más fresco a los esprints y eso se nota", dijo.
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Ahora, su papel de protagonista deja paso a Van der Poel, el gran amigo que tendrá que dar un paso adelante.
Philipsen no oculta la gran relación que tienen ambos, lo que le ha llevado incluso a pasar un mal trago, cuando en la jornada de descanso del pasado lunes aseguró que nunca correría contra Van der Poel.
Eso llegó a oídos del seleccionador belga, Sven Vanthourenhout, que llamó al esprinter para pedir explicaciones, porque ambos serán rivales en el próximo Mundial de Glasgow en agosto próximo.
Van der Poel será el principal rival de Wout van Aert por el maillot arcoíris y se espera que Philipsen sea uno de sus lugartenientes. El belga matizó posteriormente sus palabras.
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