Las directrices del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre la inclusión de los transexuales suponen un riesgo para la integridad de la competición femenina, según un estudio elaborado por 38 expertos médicos.
Un nuevo marco del COI publicado en noviembre dice que no se debe asumir que un atleta transgénero tiene automáticamente una ventaja injusta en las pruebas femeninas.
El marco, que sustituyó a las directrices del COI publicadas en 2015, también eliminó el requisito de que las mujeres transgénero suprimieran los niveles de testosterona para participar en esos eventos.
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Sin embargo, un artículo publicado en la revista médica 'Open Sport and Exercise Medicine' dijo que la orientación está "redactada principalmente desde una perspectiva de derechos humanos, con menos consideración para las cuestiones médicas/científicas".
El COI tuvo dificultades para establecer una posición uniforme tras una consulta de dos años con más de 250 participantes, y en lugar de ello, pasó las normas a las federaciones rectoras de cada deporte.
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Entre los firmantes del informe se encuentran el jefe del departamento médico del atletismo mundial, el director médico de la UCI, el organismo rector del ciclismo, y el presidente de la comisión médica del remo mundial.
Y se preguntan porqué el COI ha transferido la responsabilidad a las federaciones individuales, que no tendrán la capacidad de aplicar dicho marco.
Entre las recomendaciones del informe está que el COI "asuma la responsabilidad de establecer normas y expectativas basadas en la equidad competitiva y en la mejor ciencia disponible que todas las federaciones internacionales puedan seguir".
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Un informe elaborado en septiembre por el Grupo de Igualdad de los Consejos Deportivos Británicos (SCEG) concluía que la inclusión de las personas transgénero, la equidad y la seguridad "no pueden coexistir en un único modelo competitivo" para muchos deportes.