El equipo de relevos británico se proclamó este miércoles nuevo campeón olímpico de la prueba de 4x200, tras imponerse con un tiempo de 6:58.58, nuevo récord de Europa, en una final en la que Estados Unidos, ganador en los cuatro últimos Juegos, no pudo subir al podio.
Carentes de figuras de la talla de Ryan Lochte, Conor Dwyer y, sobre todo, el legendario Michael Phelps, el conjunto norteamericano tuvo que rendirse ante el empuje del equipo británico.
Un equipo que ya había dado muestras de su potencial en esta prueba con el doblete firmado el martes por Tom Dean y Duncan Scott en la final de los 200 libre.
Precisamente, los dos nadadores encargados de abrir y cerrar un relevo que se encargaron de completar James Guy y Matthew Richards.
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Un cuarteto de lujo con el que Gran Bretaña, que ya ocupaba la primera posición mediada la prueba, se alzó con el oro por delante de Rusia, plata con un tiempo de 7:01.81, y de Australia, que con un gran última posta de Thomas Neill, arrebató la medalla de bronce a Estados Unidos, que debió conformarse en esta ocasión con la cuarta plaza.
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