Los organizadores del torneo de Wimbledon estimaron este lunes que la decisión de un tenista de dar o no la mano a su adversario es "personal" , un día después de las críticas de la bielorrusa Victoria Azarenka, abucheada por el público después de su derrota con la ucraniana Elina Svitolina.
"Históricamente en el tenis, la decisión sobre la forma en que un jugador reacciona al término de un partido es una decisión personal y nosotros no queremos comenzar a instaurar una obligación", explicó la directora del Grand Slam londinense Sally Bolton.
Como viene siendo habitual, Svitolina no dio la mano a Azarenka después de su victoria 2-6, 6-4, 7-6 (11/9) en octavos de final, como señal de protesta contra la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022.
La bielorrusa respondió levantando la mano en dirección a su rival, en lo que parecía un gesto de respeto, pero pese a ello salió de la pista entre los abucheos de una parte del público.
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La doble campeona del Abierto de Australia declaró tras el partido que ese trato "no es justo", estimando que el público tal vez había bebido más Pimm's de la cuenta, la bebida con alcohol tradicional del torneo.
"Yo no hice nada malo, pero no puedo controlar a la multitud. No estoy segura de que mucha gente haya entendido lo que ocurría", añadió.
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"Si la gente sólo se concentra en los saludos con la mano o en los abucheos de un público bastante ebrio al final, es una pena", lamentó.
Svitolina y sus compatriotas ucranianas ya se habían negado a dar la mano a sus rivales rusas y bielorrusas en Roland Garros.
Ahora la próxima rival de la ucraniana será la número uno del mundo, Iga Swiatek, quien está intratable y opondrá una dura resistencia con su ofensivo estilo de juego sobre la superficie de hierba.