El estadio Ernst Happel de Viena se llenó hasta la bandera para un duelo que el técnico alemán, Joachim Löw, ya había advertido previamente que sería un partido con los contendientes al mismo nivel.
Lo dijera o no por cortesía hacia un rival que no gana a Alemania en partido oficial desde 1978, lo cierto es que Austria mantuvo en jaque a los alemanes durante buena parte del encuentro.
Apenas habían transcurrido cuatro minutos cuando Martin Harnick dio el primer susto al portero alemán Manuel Neuer, con un intento de balón picado que no llegó por poco al fondo de la red.
Löw distribuyó a sus hombres en líneas muy adelantadas frente a una defensa austríaca correosa.
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Los locales pisaron el acelerador y trataron de salir muy verticales, aunque casi exclusivamente con balones largos o pases forzados en jugadas con más corazón que técnica.
Aún así, una combinación entre Arnautovic, Ivanschitz y Harnik acabó en el minuto 12 con un tiro ajustado al poste izquierdo que se fue fuera por milímetros.
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Austria siguió atacando con ganas pero sin saber qué hacer con la pelota una vez cruzado el medio campo alemán y recurriendo demasiado a tiros alejados que difícilmente podían llegar a destino.
Pero ante Alemania, por muy fallona o dubitativa que esté, es peligroso no culminar las opciones de gol.
Cuando más crecidos estaban los alpinos, ya al borde del descanso, Marco Reus recogió la pelota a las afueras del área pequeña austríaca y regateó a un contrario para cruzarla al palo derecho y lograr el 0-1 para Alemania.
El mazazo sicológico fue efectivo y el equipo local comenzó la segunda parte disminuido y con nervios, como los que llevaron a Kavlak a llevarse por delante a Müller, dentro del área y con el árbitro a pocos pasos.
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Özil se encargó de lanzar y marcar el penalti del 0-2 y con el que el partido se anunciaba sentenciado.
Sin embargo, Austria sacó pundonor y en el minuto 56 Arnautovic se inventó un pase al borde de la línea de fondo que llegó a los pies de Junuzovic, que sólo tuvo que empujar la pelota para batir a Manuel Neuer.
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Con el 1-2, Austria se volvió más agresiva y lo intentó con ganas pero sin buen fútbol. La falta de ideas, la ingenuidad o, simplemente, la regular calidad de sus jugadores volvieron a ser letales para Austria.
Arnautovic, a dos minutos del final, tuvo la ocasión de empatar en una jugada en la que, solo ante el portero, recibió un balón mortal de necesidad que acabó tirando fuera.
Una Alemania alejada de su habitual calidad se dedicó los últimos minutos a perder tiempo y esperar el final de un partido que, con rival inferior incluido, acabó siendo más complicado de lo que cabría esperar de la triple campeona del mundo.
Ficha técnica:
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1 - Austria: Almer; Garics, Prödl, Pogatetz, Fuchs; Baumgartlinger (Janko, min.84), Kavlak; Arnautovic, Junuzovic, Ivanschitz (Jantscher min. 74); Harnik (Burgstaller min. 54). Seleccionador: Marcel Koller
2 - Alemania: Neuer; Lahm, Hummels, Badstuber, Schmelzer; Khedira, Kroos; Müller, Özil, Reus; Klose (Podolski min 74). Seleccionador: Joachim Löw
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Goles: 0-1, m.44: Reus. 0-2, m.52: Özil, de penalti. 1-2, m.56: Juzunovic.
Árbitro: Bjorn Kuipers (NED). Amonestó a los austríacos Prödl (min. 17), Fuchs (59) y Kavlak (min 80), y al alemán Lahm (m.71).
Incidencias: Partido de clasificación para el Mundial de Brasil disputado en el estadio Ernst Happel de Viena, que registró un lleno absoluto con 47.000 aficionados.