Con un juego muy práctico y eficaz, los de Joachim Löw no tuvieron problemas para sumar su segunda victoria en la competición. Holanda, que acortó distancias a 18 minutos para el final, no pareció tener un plan y cuando lo tuvo ya era demasiado tarde.
Sin ideas, pese a la multitud de recursos. Los holandeses, obligados a ganar, salieron convencidos a resolver, pero no tuvieron fútbol ni ocasiones. Los alemanes, sin tantas urgencias después de la victoria en el estreno, esperaron su oportunidad, amasaron el partido a su ritmo y nunca se vieron exigidos.
El equipo de Löw estuvo excelso en la pausa y en la aceleración. Los holandeses recuperaron a Mathijsen en el centro de la defensa, los germanos alinearon al mismo equipo que derrotó a Portugal y desmontaron a los 'oranje' a base de pegada.
Lastrados por la falta de creatividad de los holandeses, con van Bommel y Nigel de Jong en el doble pivote, quien dirigía las operaciones era Sneijder.
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El individualismo de Robben por la derecha, la ausencia en el juego de Afellay y la nula participación de van Persie. El juego al pie del equipo de van Marwijk resultó ineficaz, los alemanes ni se inmutaron ante el inocente rondo que planteaban los holandeses y a la primera que tuvieron, casi marcan sin querer.
Un rechace de van Bommel y un remate de Özil que dio en el poste (m.8). Sin creación, simplemente aprovechando un minierror del rival, los alemanes ya habían tenido su primera ocasión.
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Van Persie, muy desasistido, vivía de los balones largos de los centrocampistas, un recurso extraño en una selección que apuesta por la creación. Y en la segunda ocasión, los holandeses se acordaron del célebre axioma de Gary Lineker: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y en el que al final ganan los alemanes".
Los dos mediocentros dejaron maniobrar a Schweinsteiger, los dos centrales se despistaron en la marca de Mario Gómez y el nueve alemán, en una acción en la que puso en entredicho las leyes de la física y sus 190 centímetros, controló el balón con clase y batió al meta holandés en el minuto 24.
El 0-1 aún generó más dudas en los 'oranje'. Desnudado su centro del campo, percutiendo por la derecha, para aprovechar los errores en la marca del joven Willems, los alemanes demostraron que en el fútbol economizar es muchas veces preferible a atacar sin un plan.
Otro error en defensa de los holandeses permitió a Badstuber rematar solo desde el área pequeña. A la siguiente oportunidad, los de Löw ya no perdonaron. De nuevo, Mario Gómez, ahora en una jugada desde la derecha que culminó con un tiro cruzado. El 0-2, a siete minutos para el descanso, ya fue demasiado para la desarmada Holanda.
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Van Marwijk dejó en el vestuario a Van Bommel y a Afellay, puso en juego a Van der Vaart en la medular y a Huntelaar. Poco cambió, Alemania puso la pausa y la aceleración. El elegante Mats Hummels tuvo el 0-3. Holanda seguía perdida.
Con más densidad de jugadores en ataque, los holandeses jugaron más minutos en el campo contrario. Van Persie tuvo una buena oportunidad que abortó Neuer (m.58), la siguiente aproximación de los 'oranje' también fue por medio de un tiro de lejos, esta vez por parte de Sneijder (m.68).
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Robben, en una de las pocas veces que superó a Lahm, sirvió a Sneijder y Boateng salvó en última instancia. Fue la clase de Van Persie la que le dio un respiro a su equipo. El delantero del Arsenal, en una jugada individual, remató desde fuera del área y batió a Neuer (1-2).
Con 18 minutos para el final, Holanda soñaba. Alemania seguía a lo suyo. Pero el escenario cambió. Van Persie jugó más cerca de Huntelaar, creció el juego de los de van Marwijk, aunque sin reflejo en el marcador.
Los alemanes tiraron de oficio y se llevaron una victoria que les acerca a la siguiente ronda. Holanda tendrá que esperar un milagro, siempre que gane su último partido ante Portugal.