La Mannschaf se impuso con
dos goles del delantero del Bayern Múnich Thomas Müller los minutos 15 y 60 y
otro de su compañero en el equipo bávaro Joshua Kimmich en el 45.
Prácticamente con el mismo
equipo con el que jugó en la pasada Eurocopa y con Mario Götze como falso 9,
Joachim Löw confió en el mismo equipo con el que llegó a las semifinales del
torneo continental para iniciar la defensa de su cetro mundial, logrado en
Brasil-2014, en el que seguramente era su partido más complicado fuera de casa
de toda la fase clasificatoria.
El encuentro comenzó con un
susto para los germanos, cuando Mats Hummels trató de evitar un saque de banda
pero lo que hizo fue darle el balón a Joshua King, que salió disparado hacia el
arco de Manuel Neuer, aunque Benedikt Höwedes estuvo rápido para quitarle el
balón al delantero noruego.
A partir de ahí el partido
fue un monólogo de la Mannschaft, que tuvo en un disparo a bocajarro de Höwedes
su primera gran ocasión, pero el arquero nórdico Rune Jarstein rechazó el
remate.
Publicidad
Cinco minutos después,
Müller abrió el marcador, en una jugada en la que no acertó con un primer
remate, pero se levantó rápido del suelo para adelantarse a la defensa y el
arquero noruegos.
Noruega, con un disparo alto
de King en el minuto 24, trató de responder, pero los alemanes eran dueños
absolutos del partido, con una posesión del balón que rondaba el 70% y una
efectividad en el pase que superaba el 90%.
Publicidad
El partido quedó sentenciado
en la última jugada antes de la pausa, cuando el joven Kimmich concluyó una
jugada que habían iniciado con una pared Müller y Mesut Özil.
El propio delantero del
Bayern Múnich se encargó de acabar con cualquier intento de reacción local, al
conectar un cabezazo en el primer palo a centro de Sami Khedira para anotar el
tercero.
Con el partido decidido, Löw
dio entrada a jugadores como Julian Brandt, Julian Wigl y Max Meyer, los
jóvenes que a medio plazo tomarán las riendas de la Mannschaft.