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María José Rodríguez tuvo que ingeniárselas para no perder el ritmo de competencia durante el aislamiento por el coronavirus.
La doble campeona mundial de bolos vive en Texas, Estados Unidos, y lleva un mes acuartelada para evitar contagiarse del COVID-19.
“Se me ocurrió la idea con mi esposo, de crearla en el garaje de nuestra casa. Compramos madera, pusimos cajas y un colchón para que las bolas rebotaran y no dañar la pared”, aseguró María José Rodríguez sobre la pista de bolos que armó en su vivienda.
La bolichera tolimense se seguirá preparando para cuando se solucione la crisis del coronavirus y pueda volver a competir.
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