El acto tuvo lugar en la sede en la capital andaluza de la Fundación Cruzcampo, donde todos los jugadores pasaron por la báscula para conocer su peso y recibir su equivalente en cerveza.
También pasó por la báscula el propio presidente del Sevilla, quien fue uno de los que más pesó, 95 kilos, y que tomó la palabra para expresar su gratitud por el reconocimiento de la empresa cervecera y deseó que no tarde mucho una nueva visita a estas instalaciones porque eso significaría que el equipo habría conseguido otro importante logro deportivo.