Entrenadores mediocres, falta de pasión, dinero mal invertido... China, eliminada de la carrera para el Mundial de Rusia 2018, tiene todavía mucho camino por hacer para cumplir su sueño de organizar y triunfar en una Copa del Mundo.
La selección nacional, dirigida por el italiano Marcello Lippi desde finales de 2016, batió el martes a Catar por 2-1 en el último partido de la clasificación asiática, un resultado insuficiente para alcanzar una plaza en la repesca continental.
"¡Lippi tenía que haber venido antes!", señalaron varios aficionados en las redes sociales, argumentando que su positivo balance de tres victorias, dos empates y una derrota -mientras que su predecesor Gao Hongbo cosechó tres derrotas y un empate- le habrían servido al equipo para clasificarse.
"El principal problema en China es el entrenamiento. Lo que enseñan los entrenadores chinos no sirve para competir en la escena internacional. Tienen que ser formados", señaló Mads Davidsen, director técnico del Shanghai SIPG, club de la primera división en el que juegan las estrellas brasileñas Oscar y Hulk.
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"No quiero condenar a los entrenadores chinos, pero un jugador que no es entrenado correctamente tiene un 0% de posibilidades de alcanzar el alto nivel", explicó este antiguo jugador danés, que ha trabajado en China en el último lustro.
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El presidente chino Xi Jinping, gran amante del fútbol, espera que su país pueda un día organizar el Mundial e incluso ganarlo.
"Es un sueño para numerosos chinos. Esperamos que se pueda realizar lo antes posible", comentó en junio el ministro de Exteriores.
- 'Evitar el ridículo' -
China no esconde su ambición de organizar el Mundial 2030, para el que Argentina, Uruguay y Paraguay acaban de lanzar una candidatura conjunta.
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La ambición del gigante asiático provocó que los clubes de la liga nacional invirtieran mucho dinero para contratar, principalmente, a delanteros extranjeros que brillaban en otros campeonatos (Carlos Tevez, Pato, Gervinho, Anthony Modeste...).
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Pero la selección nacional deambula por el puesto 77 de la clasificación FIFA (octavo equipo asiático), justo por detrás de Sierra Leona. Para invertir la tendencia el gobierno planea tener 40.000 escuelas de fútbol de aquí a 2020 -actualmente cuenta con 13.000-.
"Lo que quiere el gobierno chino a cualquier precio es que el país no haga el ridículo en un Mundial organizado por el país", analiza Angela Smith, responsable de proyectos internacionales del Stoke City, club de la Premier League que ha abierto escuelas de fútbol en China.
- 'Solo contratan goleadores' -
"El problema de los clubes chinos es que solo contratan goleadores. No piensan en desarrollar el resto del equipo. O forman todos los tipos de jugadores desde la base, en los clubes y en las escuelas, o el fútbol chino no prosperará", añade.
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Luiz Ferreira, director de la formación de los jóvenes en el Tianjin Teda (primera división china), señala otro problema: la falta de pasión.
"Recuerdo un entrenamiento en el que pregunté a mis futbolistas si iban a ver la final de la Liga de Campeones. ¡Solo un tercio dijo que sí! No les interesa", lamenta el técnico portugués.
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"Cuando tenía siete años vi un partido en el estadio Maracaná de Rio, en Brasil, ante 180.000 espectadores. Desde entonces siento pasión. En Portugal tenemos leyendas como Cristiano Ronaldo o Figo, pero en China ¿con qué pueden soñar?", se pregunta.
"El fútbol es muy nuevo para ellos, necesitan tiempo", añade.
Este deporte, gestionado por el régimen comunista desde los años 50, tomó vuelo a mitad de los 90, con la creación de un campeonato profesional.