Llegó al país y ganó dinero a cambio de lecciones. Jorge Valdano, campeón del mundo como jugador y orador, estuvo en un foro organizado por El Espectador para exponer fórmulas deportivas exitosas que pueden ser efectivas en otros ámbitos. En su deber, habló de once poderes que si los buscamos en la Selección Colombia nos dejan más bien sin fuerza. Valdano empezó con el título de “La Credibilidad”. Y algunos jugadores la tienen, desde luego. Tal vez Yepes, tal vez Ospina prioritariamente. Pero la Selección hoy en día despierta poca credibilidad en general, más allá de que su técnico se reconozca como un líder capacitado. Hace años, más de una década para ser justos, se han cambiado entrenadores y jugadores sin aciertos y, actualmente, no hay seguridad de nada, ni siquiera de que podemos ganarles a Ecuador, Perú y Venezuela como antes. El argentino nombró después un poder que no sabemos cómo aprender o al menos copiar: “La pasión, hacer cosas con el alma”. Con eso en nuestras venas seríamos mucho mejores. Infortunadamente, el amor por la camiseta en la cancha se cambió por la fidelidad al dinero fuera de ella. Perder no duele, no se siente, se vive como algo natural cuando debería ser irreconciliable. Pero no todo es malo. “La esperanza” nos sobra, ese poder sí lo tenemos. Somos crédulos a morir y expertos en cultivar ilusiones. Soñamos con ganar la lotería y con clasificar al Mundial contando las mismas posibilidades de suceso. La esperanza en ocasiones le gana al trabajo. El cuarto poder que mencionó Valdano no fue la prensa sino “El estilo”, que ya todos sabemos no es el toque-toque de los años noventa y ahora es una gran incógnita. Nadie nos dice nada y no sabemos a qué queremos jugar. Es más, no jugamos a nada en las dos últimas presentaciones en la Eliminatoria. El quinto poder es “La palabra” y eso para nosotros es imperceptible, nos es ajena. Pékerman no habla, los directivos secundan su respetable silencio y en el caso de los jugadores siempre dicen lo mismo. "La complicidad de que el jefe nos hable motiva", aseguró Valdano. Nuestra motivación va y viene con cualquier resultado. Así vamos, no muy bien, digo yo. “La curiosidad”, el siguiente poder, tampoco es nuestra mejor característica, al contrario, nos hemos acostumbrado a lo que somos. "El mundo cambia todo el tiempo, los líderes deben actualizarse. La curiosidad nos hace mejores", agregó Valdano con absoluto acierto. "Marcelo Bielsa es una máquina de hacer preguntas, eso le ayuda a encontrar soluciones originales", agregó el expositor. A nosotros nos faltan respuestas. Y no es por ser pesimistas porque hay otros poderes que están latentes en el fútbol colombiano. “Los ritos”, es decir la identidad, el himno y la bandera, permanecen y “El talento” existe. Falcao por ejemplo es un crack, a pesar de que se esconda cuando más lo necesitamos. Del noveno poder, “El vestuario”, me abstengo de opinar porque es íntimo de los equipos. Así debe ser. Y para terminar aparecen como poderes “La humildad” y “El éxito”. Humildes somos, pero con aires de grandeza, lo cual no es un defecto sino una válida ambición. ¿Y el éxito? Todos esperamos que llegue, algún día… En Twitter: @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:44 p. m.