El delantero colombiano entró al minuto 72 por Pablo Fornals, pero no pudo hacer nada para conseguir la victoria de su equipo.
Real Valladolid y Villarreal empataron sin goles en un partido muy igualado, en el que ambos equipos buscaron el gol, pero también se mostraron sólidos en defensa, lo que impidió que se produjeran demasiadas ocasiones claras y, las que se dieron, fueron resueltas por los porteros.
Los locales salieron con las pilas cargadas y dispuestos a sorprender al Villarreal en los primeros compases del partido, haciendo daño desde las bandas y llegando con peligro al área de los castellonenses. De hecho, en el minuto 2, ya Hervías dispuso de una ocasión, tras una gran jugada de Guardiola, aunque su disparo lo despejó Asenjo.
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En el minuto 7, los de Sergio González estuvieron a punto de inaugurar su casillero, pero Bonera, que supo cerrar el hueco dejado por Asenjo, impidió en la línea de gol que el buen lanzamiento de Nacho llegara al fondo de la red. Eso dio aun más impulso al conjunto blanquivioleta, muy centrado en el partido.
A los de Javier Calleja, a pesar de jugar con cinco jugadores en el centro del campo, les costaba alcanzar el área local pero aun así la calidad de futbolistas como Pedraza quedaba constatada en un pase milimetrado que dio a Ekambi, aunque en este caso Masip, muy atento, cortó la posibilidad de remate del delantero camerunés.
Resultaba curioso ver a Asenjo mostrando sus dudas y con cierto nerviosismo ante el asedio de los vallisoletanos, colgando balones de manera constante al área visitante al saber hallar los espacios y que, sin embargo, no fructificaban. Cierto es que el Villarreal sufría en la creación, pero la imagen que transmitía era que en cualquier momento podía despertar.
No tardó en empezar a amenazar con mayor intensidad y, en el minuto 40, Pedraza desde la diagonal de área realizó un gran disparo que obligó a Masip a lucirse, sacando la mano para desviar lo que pudo haber sido el primer gol del encuentro. Pero este no llegó, ni en un bando ni en otro, y se llegó al descanso con el 0-0 inicial.
Los castellonenses impusieron más ritmo, y el Real Valladolid empezó a perder confianza y a dejar de tener las ideas claras, pasando el testigo de la iniciativa ofensiva al rival, aunque sin que tampoco lograra llegar con peligro manifiesto al área blanquivioleta.
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Los banquillos comenzaron a moverse y, mientras que González sacó a Antoñito para sustituir a Moyano, Calleja dio entrada a Bacca, en busca de más mordiente en ataque, al que luego se añadió Chukwueze. Se trataba de una final y, con diez minutos para el final, se hacía fundamental echar en resto, sobre todo, para el cuadro visitante.
Pero los vallisoletanos también querían ese gol de la victoria, algo harto difícil entre dos equipos necesitados, que mantenían la concentración y la seriedad defensiva para evitar sorpresas. Verde lo intentó desde fuera del área con un potente disparo que Asenjo sacó tras botarle delante el balón.
Apenas quedaba tiempo y Guardiola caía dentro del área, pero el VAR ratificó que no había habido penalti sobre el delantero del Real Valladolid, ya en el tiempo de prolongación, pero el empate parecía darse por bueno para los locales, tras varios partidos encajando goles, y no hubo tiempo para más.
Ficha técnica:
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