El delantero colombiano habló de los difíciles momentos que ha tenido que pasar en los últimos tres años los cuales aún siguen vigentes en su carrera deportiva.
Jackson Martínez sufrió una lesión de tobillo en un partido de la Selección Colombia, a la cual no se le prestó importancia, que, posteriormente, lo alejó de las canchas por dos años, y que lo aqueja hoy en día en el Portimonense, de Portugal, donde ha disputado 10 encuentros.
"¡Es una lucha diaria! Cada entrenamiento, cada instante en que me meto en la cama para dormir, casi todas las noches, alrededor de las 3 o 4 de la mañana como si fuera un reloj, mi sueño es interrumpido debido a alguna molestia en el pie", manifestó el chocoano a ‘Record’, de Portugal.
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"Después de unos minutos se pasa y vuelvo a dormir. Para entrenarme tampoco es fácil, no puedo hacerlo dos o tres días seguidos. Quería trabajar normalmente todos los días, pero los médicos y el fisioterapeuta me aclararon que eso era imposible. Sigo un programa específico", complementó el artillero.
Martínez, quien suma 723 minutos y 4 goles desde su regreso a las canchas en septiembre de 2018, todavía sufre las secuelas de la molestia en el tobillo que lo aquejó en el encuentro entre la Colombia y Chile, en noviembre de 2015 y a la cual no se le prestó importancia.
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Un año después, en octubre de 2016, el delantero disputó su último partido con el Guangzhou Evergrande, de China, antes de ser traspasado al Portimonense, donde poco a poco ha vuelto a las canchas, pese a no tener la continuidad esperada a causa de su problema.
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