Real Madrid culminó su fase de clasificación en la Liga de Campeones con una cómoda victoria por 4-0 ante el Ludogorets, que no pudo evitar el pleno madridista en el Grupo B y el récord histórico de 19 partidos oficiales consecutivos ganados.
El equipo de Carlo Ancelotti es una apisonadora. Lejos quedan aquellas derrotas a principio de curso, cuando el Atlético de Madrid en la Supercopa y la Real Sociedad y el propio Atlético en la Liga, sacaron los colores al conjunto blanco. Desde entonces, ha encadenado una impresionante racha de resultados que no ha terminado este martes en la máxima competición continental.
Da igual quien juegue o quien no pueda hacerlo. Es cierto que desde la lesión del croata Luka Modric, el Real Madrid ha bajado su nivel de juego. Sin embargo, la fiabilidad y la efectividad sigue siendo la misma. Tampoco estará durante un tiempo el colombiano James Rodríguez, pero da igual. La tendencia es ganar, ganar y ganar así hasta sumar 19 victorias más las que puedan llegar.
Este martes lo hizo con bastantes caras poco habituales. Keylor Navas, Fabio Coentrao, Raphael Varane, Álvaro Arbeloa, Nacho Fernández, Asier Illarramendi y Javier ‘Chicharito' Hernández asomaron la cabeza. Junto a ellos Gareth Bale, Cristiano Ronaldo, Isco y Toni Kroos.
Mención especial para el alemán, que apenas descansa. Puede ser un error, el Real Madrid no puede permitirse el lujo de arriesgarse a perder a su timón. No hay mucho más para sustituirle con las lesiones de Modric y James. El caso es que ahí estaba el germano, puntual a la cita, como siempre.
Pero no fue él quien destacó. Fue Illarramendi, que en la primera parte no solo aportó lucha y pelea. También jugó y, además, muy bien. Dio tres pases en profundidad geniales que los podría haber firmado el mismísimo Xavi Hernández. Isco estuvo a punto de aprovecharse de uno, pero falló un mano a mano ante el guardameta Vladislav Stoyanov.
Mientras, Cristiano estaba empeñado en perseguir a Lionel Messi, que antes del partido tenía una renta de tres goles sobre el portugués en el total de tantos marcados en la historia de la Liga de Campeones. El luso estuvo algo fallón, pero no faltó a su cita con el gol.
Lo consiguió de penalti en la jugada clave del partido. Una mano del brasileño Marcelinho tras un remate de cabeza de Varane, acabó con la expulsión del jugador del Ludogorets y con el tanto desde los once metros de Cristiano.
Ahí se acabó el partido. Era el minuto 20 y con una eternidad por delante, el cuadro búlgaro, que aún aspiraba a clasificarse para la Liga Europa, no pudo hacer otra cosa más que esperar un milagro. En alguna ocasión lo rozó, pero Keylor Navas se encargó de salvar el peligro con tres intervenciones efectivas adornadas tal vez con algo de espectacularidad.
Era cuestión de tiempo que cayeran más goles en la portería del Ludogorets y, tras un tiro al poste de Kroos, fue Bale, con un cabezazo a la salida de un córner, el encargado de hacer el segundo con el que prácticamente se llegó al descanso.
La suerte estaba echada y solo quedaba esperar la aparición de Jesé Rodríguez para ver el estado del canterano del Real Madrid. Sustituyó a Kroos, en el minuto 60, para por fin dar descanso al germano.
Con el partido sentenciado, los hombres de Ancelotti bajaron el ritmo pensando en futuros compromisos. Jesé apenas pudo aportar demasiado, los ataques blancos morían entre el egoísmo de Bale (pecó de abusón con el balón) y los errores en los metros finales.
Solo un centro perfecto de Jesé medido a la cabeza de Arbeloa, que remató al larguero y el tercer gol del lateral derecho merengue a falta de diez minutos, sobresaltaron al público del Santiago Bernabéu.
El tanto de Arbeloa divirtió a una hinchada que se aburría. Se divirtió con su remate, en el minuto 80, que sacó Stoyanov cuando el balón había pasado la línea de gol. Arbeloa ni se dio cuenta, casi ni lo celebró, y se sorprendió cuando el árbitro validó su tanto.
Ese fue el final festivo, al que se apuntó Álvaro Medrán con el cuarto gol, a un partido que tuvo un desenlace serio. No todos los días se consigue un pleno de victorias en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Eso da prestigio y mucho dinero. Y, si se añade el récord de 19 victorias inédito en España, la noche salió redonda para el Real Madrid.
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