"Ha sido uno de los errores más grandes, yo allá no voy", dijo Hoennes, que admitió que siempre había estado en contra de darle al sede a un país africano mientras la seguridad no estuviese garantizada al ciento por ciento.
"Blatter tenía que imponer su voluntad llevando el Mundial a África, pero estoy convencido de que en su fuero interno se ha dado cuenta que fue un error", agregó.
El funcionario admitió que ya no tiene sentido lamentarse y dijo que ahora la FIFA sólo puede intentar sacar lo mejor de la situación.