El astro argentino anotó dos goles, este martes, en el partido de vuelta de los cuartos de final del certamen internacional. El otro tanto fue de Philippe Coutinho.
Llevaba doce partidos sin marcar en cuartos de final, seis años desde su último gol en esta ronda y Leo Messi anotó dos tantos en cuatro minutos para llevar al Barça a semifinales tras noquear al United por 3-0, con un tanto de Coutinho para cerrar el partido.
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En una noche grande en el Camp Nou, con la mejor entrada del curso (96.708), los azulgranas se metieron en la penúltima ronda de la Champions, donde no estaban desde 2015, justo el año que consiguió su última Copa de Europa.
El partido fue una demostración de la ley de Messi. El argentino, dosificado por Ernesto Valverde en este curso más de la cuenta en partidos de LaLiga, llega de la mejor manera al momento culminante de la temporada, con la idea puesta en conquistar "esa copa tan linda" como calificó el argentino a la Champions en su primer parlamento como capitán.
Pero también un baño de confianza para todo el equipo, que volvió a dejar su portería a cero, que recuperó la mejor versión de Coutinho, autor del 3-0, y que se sintió poderoso.
Y eso que la película del partido no empezó bien para el Barça. Seguramente el United nunca soñó con jugar un cuarto de hora como lo hizo de inicio en el Camp Nou, quince minutos en los que pasó de todo, desde un remate de Rashford al travesaño a los 36 segundos hasta un No-penalti sobre Rakitic, primero señalado por Brych y después rectificado 'vía pantalla' por el árbitro a sugerencia del VAR.
Demasiadas emociones para tan poco tiempo. El Barça no tuvo ni la posesión del balón en los primeros siete minutos. Salió el United como un cohete. Sorprendió con un rombo en ataque, la velocidad de Rashford y Martial, la presión de McTominay, Pogba, Fred y Lingard. Nada que ver con el partido de ida.
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Pero la primera vez que los de Valverde se acercaron asustaron al rival, el United empezó a recular y el Barça supo que el partido iba a ser suyo. A partir de entonces, la historia ya fue otra.
En la primera jugada de peligro, Messi firmó una de esas acciones que todo el mundo del fútbol sabe que la va a hacer, pero que nadie sabe cómo parar y marcó.
Un eslalon desde la derecha en diagonal hacia la portería tras una recuperación de Rakitic, un regate sobre Fred, una finta para desequilibrar a Phil Jones y un disparo al palo largo ante el cual el meta nada puede hacer.
En el minuto dieciséis el 1-0, cuatro después el 2-0, esta vez tras un clamoroso error de David de Gea, que recordó a aquella acción de Arconada que permitió el tanto de Platini en la final de la Eurocopa de 1984. El balón se coló entre el sobaco y el brazo del meta. En cuatro minutos, el United estaba desactivado, el Barça se sabía en semifinales.
Sintió tanto el gol el equipo de Solskjaer, que ya no se recuperó. Los azulgrana se sintieron a sus anchas. Prolongó el juego por las bandas con Alba y Sergi Roberto; vivió de la brega de Suárez, de alguna acción remarcable de Coutinho, del juego posicional de los centrocampistas, con un sensacional Rakitic, y de Messi, que creaba, remataba y hasta recuperaba en defensa.
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Sin noticias del United, el Barça pudo marcar el tercero en la última acción del primer tiempo. Una jugada coral, iniciada con un caño de Messi, culminada con un pase de la muerte de Rakitic sobre Sergio Roberto y un remate del canterano que salvó De Gea con la cara.
Los ingleses salieron derrotados del vestuario. Si con su mejor fútbol perdían 2-0, se prepararon para lo peor y ya jugaron con cinco defensas.
Messi tuvo el 3-0 en un remate salvado por Young y Countiho, en una remate desde fuera del área, puso el balón en la telaraña de la meta de De Gea para cerrar el partido en el minuto 61.
El portero del United soñará con el argentino. En su segunda aparición en el Camp Nou, volvió a encajar. Esta noche dos, en la anterior ocasión, como meta del Atlético en la temporada 2010-2011, tuvo que recoger tres veces el balón de su red, las tres después de remates de Messi.
Hasta el final, el Barça se gustó. Sumo su trigésimo primer partido sin perder en el Camp Nou, donde no pierde desde el 1 de mayo de 2013.
Ni un sufrimiento, apuró los minutos y ya espera rival en semifinales, posiblemente el Liverpool, que en la ida de su enfrentamiento ante el Oporto ganó en Anfield Road por 2-0.
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