La decimocuarta estrella con las letras iniciales de una gesta que pasará a la historia. Millonarios. Los directivos aprovecharon la pasión del hincha y llevaron a las arcas del club más de 4500 millones en taquilla solo en el partido final. ¿Valió la pena pagar tan cara una boleta? Los hinchas que vivieron el título en El Campín dirán que sí. Insignias. De este equipo hay que mencionar a Román Torres, Mayer Candelo, Hárrison Otálvaro y, por más criticado que sea, Wilberto Cosme como bases de la conquista. El punto de partida lo marcó mucho antes José Roberto Arango con la restructuración que lideró en la institución. Llanto. Lágrimas brotaron de los hinchas, emocionados hasta el éxtasis. Fueron 24 años de espera, de muchas desilusiones, tristezas, robos administrativos, jugadores y técnicos mediocres, crisis y algunas alegrías efímeras. Esta afición tiene poder y, si sumaba hinchas sin ganar nada, ahora contará con muchos más adeptos. Libertadores. Luego de la estrella 14, Millonarios debe sumar refuerzos de verdad para figurar en el máximo torneo de clubes del continente, después de 15 años de ausencia. Las semifinales de la Sudamericana fueron honrosas, pero hay que pensar en grande. Y Millonarios lo es. Olvido. Toda la campaña fue meritoria, sin embargo, la derrota 8-0 contra los suplentes del Real Madrid dejó muy mal parado al fútbol colombiano. Ese amistoso en España fue una pena, para todos. Noemí. ¿Una buena dirigente de Millonarios y del fútbol colombiano? Alabanza. Se la merece en justas proporciones el técnico Hernán Torres. El trabajo habla por sí solo de su labor. Él y su grupo fueron capaces de resurgir luego de los golpes ante Real Madrid, la eliminación en la Sudamericana y las dos primeras derrotas en los cuadrangulares. Rival. Medellín complicó mucho a Millonarios. Un gran esfuerzo hicieron sus jugadores y hubo reivindicación, aunque sin estrella, para Hernán Darío Gómez. Ilusión. “Millonarios está recuperando su historia”, dijo Ómar Vásquez. Para el bien del equipo y del fútbol colombiano, que así sea. Entre más grandes sean los conjuntos de nuestro país, tendremos un mejor nivel en el campeonato local y una mejor representación internacional. Orgasmo. El penalti tapado por Luis Delgado a Diego Correa. Silencio. Wilberto Cosme debe aprender a callar. Es ofensivo con la afición y, aunque es el goleador de su escuadra, no es precisamente una estrella de la definición Campaña. En el año, 69 puntos en 44 partidos. En el segundo semestre, el del título, primero en la fase regular con 37 puntos en 18 juegos (solo tres derrotas). En los cuadrangulares consiguió 10 puntos y en la final, dos más. En total, en la Liga Postobón II Millonarios hizo 49 unidades en 26 partidos (62,8 % de rendimiento). Antipatía. El triunfo de Millonarios a muchos causa repulsión, tal vez por su grandeza, quizás porque hay muchos hinchas que son exageradamente ruidosos. Pero por tanta gente de bien que lo sigue con devoción, habría que decir que la estrella 14 se ganó con absoluta justicia. Montoya, Luis Fernando. Haber acercado al “Campeón de la vida” a la institución ha sido un acierto, una representación de calidad humana. Prensa. Vimos, como costumbre, evidencias de muchos periodistas hinchas de Millonarios y notas ridículas en el cubrimiento de la final. No nos salvamos de mostrar (maltratar) al niño bautizado Millos David. “Si Millos David crece y le gusta otro equipo o se quiere cambiar de nombre, no lo podrá hacer hasta que yo me muera”, dijo su padre. Una periodista que lo entrevistó escribió del menor que “Tiene 1 año y 10 meses de edad, pero ya vive la pasión por el conjunto embajador”. También estuvo en pantalla “Deportivo Independiente Medellín” y su perro “Medallo quinta estrella”. Entre muchas otras cosas, también leímos que “Según los astros", DIM iba a ser el campeón porque “Mercurio, Venus y el nodo lunar norte favorecen” al equipo antioqueño, mientras “Millonarios, por la influencia de Júpiter y del nodo lunar descendente está en riesgo de repetir los errores de sus 24 años sin lograr campeonato”. Todo esto deberíamos desterrarlo de los medios, de verdad que sí. Escena. Las banderas azules y blancas ondeando en El Campín, la pirotecnia, la vuelta olímpica, el grito de “¡Campeón!”. Postales inolvidables se vieron en el estadio y fuera de él. Al parque Simón Bolívar llegó una multitud azul, al igual que a otros puntos neurálgicos de Bogotá. La capital, por demás, se adueñó del fútbol colombiano en 2012. Primero fue Santa Fe y ahora Millonarios (ambos se enfrentarán por la Superliga del otro año). Al menos suerte sí trajo el alcalde Gustavo Petro. Olimpo. Millonarios, con 14 estrellas, otra vez puede sacar pecho del rótulo de ser “El equipo más ganador del fútbol colombiano”. Narcofútbol. Se planteó este semestre la posibilidad de que Millonarios renunciara a dos estrellas conseguidas bajo la influencia del narcotráfico. Hubiera sido ese el mayor gesto de grandeza del cuadro embajador. Celebrar la estrella 12 en estos momentos sería raro y hasta confuso, pero también diciente y aleccionador para una sociedad que se ha cansado de cometer errores. Eso, no obstante, en nada opaca la nueva conquista azul. ¡Es tiempo de celebrar, la espera ha terminado! Seguir a @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:46 p. m.