"Sentimos un gran respeto mutuo", dijo el mandamás del Bayern, al presentar como nuevo jugador de sus filas al internacional español Thiago Alcántara, para destacar a continuación que, por encima de la polémica actual de Guardiola con su antiguo club pesa el hecho de "las excelentes temporadas" de éste con el Barcelona.
Rummenigge dijo que, por lo que él sabe, también el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, expresó su "respeto" hacia Guardiola y aseguró no haber abordado esa cuestión con su técnico.
"El fichaje de Thiago se desarrolló con toda corrección", enfatizó Rummenigge, para añadir que está convencido de que lo ocurrido "no será un problema para nadie" y que este será también el espíritu que dominará en el amistoso que disputarán la próxima semana su equipo contra el Barcelona, en Múnich.
Rummenigge salió así al paso a la supuesta "guerra abierta" entre Guardiola y su antiguo club, así como al cruce de declaraciones hostiles entre el técnico y Rosell, a las que se sumaron este martes las de Tito Vilanova, su sucesor en el banquillo azulgrana.
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Vilanova explicó en Barcelona que Guardiola no le fue a visitar en Nueva York, donde residía, cuando se sometió durante dos meses a tratamientos oncológicos, pese a que era su amigo y que le hubiera necesitado a su lado.