En la misiva, Abete manifestó que "por desgracia, una vez más, el fútbol ha representado una oportunidad para un grupo de delincuentes para dar salida a su locura racista y antisemita, dado que ha sido sin duda ese el móvil tras esta agresión que daña la imagen del fútbol italiano y no se corresponde con la tradición de hospitalidad de la ciudad de Roma".
El máximo representante de la FIGC reiteró su condena de los hechos y pidió al presidente de la Federación inglesa, David Bernstein, que transmita sus disculpas a los seguidores del Tottenham y, en especial, a las familias de los hinchas que fueron agredidos.
Durante la madrugada del miércoles al jueves, una decena de hinchas del Tottenham que habían viajado a Roma en vista del encuentro de Liga de Europa del jueves de su equipo contra el Lazio, resultaron heridos tras ser agredidos por un grupo de ultras italianos mientras se encontraban en un céntrico bar de la capital.
Según los testigos, los agresores entraron en el bar con cascos en la cabeza, empuñaban armas blancas, mazas de béisbol y otros objetos, y se dedicaron a destruir el local, mientras algunos de ellos gritaban además consignas racistas y antisemitas.
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Por este motivo, la hipótesis que ha cobrado más fuerza entre los investigadores es que detrás del ataque hubo una motivación racista, puesto que el equipo inglés cuenta con numerosos seguidores judíos.
En un primer momento se creyó que los responsables del ataque eran ultras del Lazio, pero los investigadores señalan que detrás de la agresión hubo además miembros de grupos de hinchas extremistas de otros equipos.
Más de una decena de personas fueron identificadas por la Policía en relación con el ataque, mientras dos jóvenes de 25 y 26 años, ambos hinchas del Roma, fueron arrestados.
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