Ambos goleadores servirán para la televisión, para aumentar el rating y llamar más gente al estadio, sin duda. Pero hay una gran diferencia entre las dos sonoras contrataciones del 2013: Ángel llega a Nacional para motivar a una afición algo cansada, mientras Montero arriba a Millonarios con la obligación de hacer goles para figurar en la liga local y la Copa Libertadores. La ventaja deportiva la tiene en este caso la juventud. Y no es que Ángel esté viejo. 37 años no son nada, se podría decir. Sin embargo, cuando se empieza a recordar su carrera se ve ya muy lejano aqueltítulo que consiguió con Nacional en 1994 . El goleador desde entonces se convirtió en símbolo. Y el hincha no olvida. A los 21 minutos del segundo tiempo, ese joven delantero entró por Alex Comas y 240 segundos después hizo el gol del triunfo 1-0 sobre Medellín , lo cual representó el título de Nacional en un jornada emocionante, en la que por bonificación el equipo de Juan José Peláez se alzó con el título, para desgracia de Millonarios y América, que lloraron en igualdad de puntos aunque con una menor bonificación. Ángel, en el que nadie creía en un comienzo, el tantas veces malogrado y vituperado en la selección Colombia, el que volvió añicos las redes en Argentina con River Plate y el que fue aplaudido por miles de hinchas del Aston Villa, es una leyenda que regresa a casa, como alguna vez prometió. Y tal cual hizo en el juego de ida de la final de la Libertadores de 1995 con un gol que nadie esperaba, revive la esperanza de la afición verdolaga. El hincha de Nacional es exigente y no se conforma con Superligas y Copas Postobón y para eso llega él, para motivar, para ser un referente y hacer unos goles que den rienda suelta al amor por la camiseta. Nadie le exigirá ser el máximo artillero del torneo, pero sí se le pedirá entrega, sacrificio y profesionalismo. Como todo eso está en su ADN, no habrá problema. ‘Vuelvo al lugar donde me sentí importante por primera vez’, dijo. Freddy Montero, en cambio, es una promesa y debe construir su propia figura. Eso toma años. Se sabe que es buen jugador, que hizo una apuesta al ir a Millonarios porque es el actual campeón, jugará Libertadores y quiere hacerse notar para aspirar a un lugar en la selección Colombia, más cuando el Mundial se aproxima y se ve favorable la Eliminatoria. Nacido en 1987, Montero emergió del Huila, pasó al Cali y se fue a Estados Unidos, donde ha logrado sobresalir con el Seattle Sanders. Ha hecho unos verdaderos golazos y por eso cobró duro en dinero su regreso a Colombia. La inversión la debe retribuir en goles; el problema es que la plata no garantiza nada de eso. Alrededor del gol giran muchos factores: confianza, estado anímico, adaptación al juego y al equipo, por ejemplo. Por el bien de Montero y de su equipo, que no se demore en convertir. La misma buena suerte se desea para Ángel. De paso, es sensato reconocer la gestión de Nacional y Millonarios para sumar importantes delanteros a sus nóminas. Hicieron bien al fútbol colombiano. Ahora, ¿cuál de los dos hará más goles? Ahí está el dilema, porque mientras los azules están buscando tantos de factura, de campeonato, los de verde se fueron más hacia la mística y requieren coronar título. Al final del torneo sabremos cuál fue la mejor apuesta. Seguir a @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:46 p. m.