El descenso -eludirlo es el principal objetivo- se queda a nueve puntos y la situación deportiva es, por tanto, casi inmejorable para un equipo que viene de la Segunda División y que necesita asentarse también en el aspecto económico e institucional en la nueva categoría.
Ambos apartados están muy unidos después de dos años de mandato de Jokin Aperribay, que cerró la etapa más negra de la historia del club, al apaciguar la confrontación social en el entorno realista y gestionar con éxito la salida de la tutela concursal que había marcado el destino económico del club la pasada temporada.
Además, el apartado deportivo parece bien apuntalado con los refuerzos integrados en verano y la casi segura continuidad de Lorenzo Juarros "Loren", el director deportivo que puede arrogarse gran parte de este éxito, y que está muy cerca de ampliar su contrato con el club.
Los aficionados que tengan la memoria más laxa y se hayan podido sentir decepcionados con las dos últimas derrotas consecutivas, ante el Barcelona y el Valencia, deberían de recurrir a las hemerotecas, porque la Real el año pasado por estas mismas fechas venía de ganarle al Betis en Segunda División y se situaba como quinto clasificado, fuera de los puestos de ascenso.
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Fortalecer la defensa es el gran objetivo pendiente de los donostiarras, que están en la zona baja de esta clasificación sólo claramente distanciados del Málaga y con un gol menos que equipos como el Sevilla o Athletic, que tampoco pueden festejar sobre su solvencia defensiva.
Precisamente la llegada del ruso Vadim Demidov esta misma semana puede ser muy importante para cubrir esa carencia, ya que el jugador del Rosenborg es un especialista en la contención y en sacar el balón controlado.
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