Esta organización independiente, dedicada al estudio de los salarios y la distribución de la riqueza, publicó este lunes un análisis del aumento de los sueldos de los futbolistas en los últimos años y las repercusiones que ha tenido en este deporte.
Según High Pay Centre, los emolumentos de los jugadores de los equipos de la Primera División inglesa crecieron un 1.500 por ciento desde el 1992, año en que la competición se estructuró como la Premier League.
Desde entonces, los futbolistas profesionales pasaron de cobrar alrededor de 1.500 libras a la semana (unos 1.900 euros) a las 23.000 (29.260 euros) de media que se cobraron en la temporada 2009-2010, un aumento muy superior al de los salarios de la población inglesa que han crecido un 186 por ciento en este periodo.
"En las últimas décadas hemos visto un incremento masivo en las pagas de los jugadores. Esto ha supuesto unos niveles de deuda en los clubes que hubieran sido insostenibles en cualquier otro mercado", indicó el autor del trabajo, Dave Boyle.
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Según este estudio, que solo contempla los salarios base y no contabiliza las primas por objetivos que reciben muchos de los jugadores, las pagas de los futbolistas han pasado de suponer el 48 por ciento de la facturación de los clubes a ser el 70 por ciento, provocando graves problemas de liquidez en los equipos ingleses.
Los clubes de la Premier acumulan el 56 por ciento de la deuda de los equipos punteros de Europa y alrededor de la mitad de ellos han sido insolventes en las dos últimas décadas.
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Esta burbuja futbolística ha afectado también a los aficionados de este deporte que han visto cómo los precios de las entradas se han llegado a multiplicar por diez en este periodo.
Si en 1989 las entradas más baratas para ver al Liverpool o al Arsenal eran de 4 y 5 libras (entre 5 y 6,5 euros), ver un partido ahora en los estadios de Anfield o Emirates cuesta al menos 45 y 51 libras respectivamente (57 y 65 euros).
Con este estudio, Nick Isles, director del High Pay Centre, incita a reflexionar sobre "los sueldos extremadamente altos" en este mercado que podrían invertirse en mejores infraestructuras deportivas y mejores métodos de entrenamiento.
"A lo mejor, sería el momento de poner freno a esta escalada dramática de los salarios. Pedimos un debate nacional sobre si es justo pagar estas cantidades ya no solo en los clubes de fútbol sino también a los directivos de empresas y bancos", aseguró.
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