Será difícil que algún club llegue a igualar los 257 millones de euros que se gastó el Real Madrid antes de la temporada 2010/2011. En esa pretemporada Florentino Pérez botó la casa blanca por la ventana y compró las fichas de Cristiano Ronaldo, Kaká, Karim Benzema y Xabi Alonso, entre otros, y estableció un récord insuperable que aplastó la escandalosa cifra que se gastó el Manchester City en 2009/2010 (147 millones) e incluso dejó atrás el despilfarro de los citizens que hace un año repartieron a diestra y siniestra 182 millones.
Sin embargo, lo realmente noticioso es que los responsables de que la bolsa de este verano europeo se mueva no son los poderosos blancos ni los archimillonarios ingleses (que tienen detrás el respaldo financiero de su dueño, el jeque Zayed Al Nahyan, miembro de la familia real de Emiratos Árabes), ni siquiera el Chelsea que con la chequera del ruso Roman Abramovich sacudió el mercado hace unos años. No, el nuevo rico del fútbol europeo es el Málaga.
El modesto equipo español, que en junio de 2010 pasó a ser parte de la larga lista de bienes del jeque Abdullah ben Nasser Al Thani, miembro de la familia real qatarí, está batiendo los récords en esta pretemporada no sólo con plata sino con nombres.
Al Thani no quiere volver a penar por el descenso y por eso le dio vía libre al técnico Manuel Pellegrini de que lleve a quien quiera, y el chileno parece un niño en una dulcería: Ruud van Nistelrooy (llegó gratis), Santi Cazorla (20 millones de euros), Toulalan (10), Buonanotte (4,5), Nacho Monreal (6), el jovencito Isco (6), Joaquín (4,2), Martín Demichelis (3), Mathijsen (2), Sergio Sánchez (3)...
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En total la cuenta va en 60 millones de euros, una cifra inédita para el club y récord para esta pretemporada en donde nadie ha pagado tanto, ni siquiera los sospechosos de siempre.