Los hinchas tienen la gran cualidad de ilusionarse tantas veces pueden con el título de sus equipos, sin embargo, lo que es en principio un atributo envidiable también es un defecto en la premura. Los seguidores de Millonarios, tan antojados de la conquista, no pueden comer entero lo que bien ha hecho el equipo en estas primeras fechas del torneo, pues bien podrían atosigarse sin alimentarse de su deseada estrella. Todo parece bien en Millonarios por estos días soleados de Bogotá. Pero antes de ganar títulos, hay que ganar finales y antes de eso, partidos. La explicación, que al final es casi un mandato, la hace mejor Gustavo Alfaro: “Cuando uno empieza un campeonato lo que pone en juego es la confianza; la confianza da seguridad; la seguridad da tranquilidad al jugador y la tranquilidad es lo que hace crecer a un equipo. Cuando uno juega lo hace para ganar confianza y la confianza se gana únicamente con resultados”. Andar así es recorrer un ciclo beneficioso. Cierto es que los equipos son estados de ánimo y Millonarios hoy está feliz. Goza actualmente de la credibilidad del técnico Hernán Torres y muchos jugadores han mejorado su nivel respecto al mostrado en el torneo anterior. Los mejores ejemplos son Blanco, Tancredi y Cosme, antes catalogados de maderos. ‘Millos’ afila también su ofensiva con el cuchillo cortadefensas de Mayer Candelo y con Wason Rentería. Y, por si fuera poco, aplaude el regreso del único referente reciente que germinó en las entrañas del club, Rafael Robayo, quien simbólicamente es un plus para el equipo, cuando no lo sea en la cancha por su desconocido nivel, por su malogrado paso por el fútbol de la MLS. Es innegable que el inicio azul ha sido auspicioso y ha llenado de convicción al entorno que lo respalda, así sus primeras victorias hayan sido contra un Santa Fe enguayabado de título y ante un Huila desapercibido. Los triunfos valen aplausos, pero son las batallas vencidas las que merecen ovación. No hay que olvidarse de ello, ni engañarse con victorias prematuras. Basta recordar el Finalización 2005, cuando Millonarios, bajo el mando del "Pecoso" Castro, logró seis victorias consecutivas en el inicio del campeonato y al final quedó eliminado en el puesto 14 con 24 puntos. “El amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento”, dijo El Quijote. Por eso la razón le dice a los hinchas de Millonarios algo simple: que tienen un buen equipo, que esta escuadra puede ganar el torneo, tal cual pasa con todos los demás conjuntos del campeonato (salvó Quindío, Huila y Real Cartagena que han mostrado un precario rendimiento y no se ve cómo logren cambiar la marcha) y que eso es todo por el momento, que no ha pasado nada de nada y que para dar la vuelta olímpica falta mucho trecho. Triste es la ilusión perdida. La lloró Nacional con su equipo de “millonarios” que no hizo nada el semestre pasado , a pesar de su arranque demoledor; la lamentó Tolima en el último lustro debido a su incapacidad de conseguir trofeos que validen sus campañas; y la sufrió también Santa Fe durante 37 años. Ya lo sabe bien Millonarios, lo único que se ha ganado este semestre es credibilidad y confianza para seguir adelante. Y ese es el camino indicado, por lo cual debe procurar no desviarse. En Twitter: @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:44 p. m.