"Me enseñó mucho, como nadie (...) Uno de mis sueños es poder trabajar con él. Vale más ser el adjunto de José durante 30 años que entrenar solo dos. Aprendes mucho con él (...) Iría con él esta misma noche", asegura el jugador, que se está sacando el carné de entrenador.
Su proximidad a Mourinho, que le dirigió durante dos temporadas en el Inter de Milán, fue la causa de su distanciamiento con Rafa Benítez, que sustituyó al portugués en el banquillo interista.
Según narra Materazzi, el técnico español hizo quitar el retrato de Mourinho de la sala de entrenamiento donde figuraban todos los entrenadores del Inter.
"La historia del Inter no debe borrarse ni discutirse. Con ese gesto, Benítez mostró su carácter, el de una persona débil", indicó.
Materazzi también recuerda el episodio con Zinedine Zidane durante la final del Mundial de 2006, cuando tras haber provocado al francés, éste le propinó un cabezazo en el pecho que le valió su expulsión.
El exfutbolista italiano considera "injusto" haber sido sancionado dos partidos por aquel episodio en el que cree que no hizo nada y asegura que Zidane ha perdido ocasiones de hacer las paces.
"Para reconciliarnos, Kofi Annan y Nelson Mandela se movieron. Si personas como esas no lo han conseguido no es por mi culpa", relató Materazzi, quien indicó que la ONU trató de hacer una foto de los dos juntos pero que el francés se negó.
El italiano consideró que aquel gesto de Zizou eclipsó su gran actuación durante la final del Mundial, en la que marcó dos tantos, uno durante de cabeza y otro en la tanda de penaltis que decidió el triunfo de Italia.
Y reprochó a "France Football", entonces organizadora del Balón de Oro, no haberle incluido en la lista de 50 candidatos al galardón.
"Es una vergüenza para 'France Football'. Con el Mundial que hice, podía haber estado tranquilamente entre los diez primeros del Balón de Oro", aseguró.
Pese a todo, Materazzi considera que la victoria de Italia en ese Mundial fue inesperada: "Todavía hoy me pregunto cómo pudimos ganar, Francia era mucho más fuerte que nosotros".
El exfutbolista también criticó con dureza al sueco Zlatan Ibrahimovic, con quien compartió vestuario en el Inter entre 2006 y 2009.
"Cuando un compañero tiene dificultades hay que ayudarle, no masacrarle. Ese es su gran defecto. Un equipo no es solo un jugador. Esa es la razón por la que no llega a ser un Messi o un Ronaldo", aseguró.