Maldini, excapitán de Milan, fue enviado a juicio a finales de marzo de 2011.
Según la acusación, Maldini había sobornado a un funcionario de la Agencia Tributaria italiana para eludir los controles fiscales y se había aprovechado de su posición en el organismo público para pedirle que gestionara transacciones ilícitas de una operación inmobiliaria que quería llevar a cabo en la Toscana.
La Fiscalía de Milán ya había pedido en julio de 2010 el procesamiento del excapitán de la selección italiana tras la investigación sobre él y otras 42 personas, entre ellas su esposa, Adriana Fossa, por supuestas prácticas ilícitas para obtener, entre otros beneficios, tratamientos fiscales favorables.
La investigación a Maldini, cuyo nombre apareció en la lista de la Fiscalía milanesa en abril de 2010, llegó tras una interceptación telefónica de una de enero de 2009 con Luciano Bressi, funcionario de la Agencia Tributaria italiana de Milán detenido en junio del año pasado.
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En esa conversación, según refirió en su día la Fiscalía, se podía escuchar a Maldini pidiendo a Bressi que le facilitara información fiscal sobre Alessandro Paolo Baresi, hermano de dos futbolistas italianos, de cara a una operación inmobiliaria en la que pretendía participar junto a éste en la región de Toscana (centro de Italia).
La Fiscalía sostenía que Maldini, de 42 años y quien se retiró del fútbol profesional a finales de la temporada 2008-2009, se introdujo de modo ilícito, con ayuda de Bressi, en el sistema informático de la Agencia Tributaria con fines "no institucionales".
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