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Persecución futbolística vía Twitter

Los hinchas del Liverpool nunca caminan solos y esta vez, unidos, han ayudado a conseguir el cometido. Después de presionar a los directivos del equipo, no con cuchillos y botellas rotas como solían hacer, embriagados, ven ahora con mucha satisfacción la venta de la institución.  La verdad es que estaban hastiados de los dueños. En 2007, los estadounidenses George Gillet y Tom Hicks compraron el Liverpool por 252 millones de euros y en tres años pasaron a deber 272 millones al Royal Bank of Scotland. Lo peor es que después de ganar la ‘Champions’ en la temporada 2004/05 y ser finalistas en 2006/07, deportivamente el Liverpool no logró mayor cosa en los últimos años y ahora está cerca del descenso en la Liga Premier. El inconformismo tenía su asidero y los hinchas se juntaron para protestar. En un extraordinario ejemplo, no decidieron romper botellas o armar grescas en los ‘pubs’, sino acosar a los directivos mediáticamente y ahuyentar a los bancos y financistas que pudieran salvar a Gillet y Hicks. Miles de aficionados se movilizaron entonces bajo la asociación 'Spirit of Shankly', con el fin de echar a los dueños del club. Así sucedió. Hicks sufrió en carne propia todos los obstáculos posibles para su trabajo. Estaba sentado en el Deutsche Bank de Manhattan a las 3:40 de la tarde cuando Wilson, un asesor financiero, lo reconoció y supuso que estaba allí para pedir dinero prestado. Wilson lo fotografió tan pronto como pudo con su Blackberry, le envió luego las imágenes a su esposa y ella las publicó rápidamente en Twitter a manera de aviso. Mientras tanto, en Liverpool, a más de 10 mil kilómetros de distancia, el taxista Alan Kayll, que encabeza el movimiento anti-Hicks, vio las fotos y escribió de ipso facto una carta a los ejecutivos de J.P Morgan y el Deutsche Bank para que no le refinanciaran la deuda al directivo. "Están frente a una vigorosa y bien informada masa de hinchas del Liverpool en todo el mundo", decía un aparte de la misiva que Kayll publicó en Internet junto con las direcciones electrónicas de los principales ejecutivos de Deutsche y J.P. Morgan, según relató The Wall Street Journal. Sólo pasaron unos minutos y ya un alto ejecutivo de J.P. Morgan había recibido decenas de correos de hinchas del Liverpool quejándose. La bola de nieve fue creciendo y en Manhattan un hincha de 18 años llamado Adam Eljarrah subió a un rascacielos frente al Deutsche Bank, en Park Avenue, con un cartel que decía que Hicks y su socio "no son bienvenidos EN NINGUNA PARTE". La cacería digital a los mencionados directivos, con otros airados correos electrónicos, llamadas telefónicas y ‘tweets’, llegó finalmente al puerto deseado. George Gillet y Tom Hicks ya no son dueños del Liverpool. El equipo acaba de ser vendido (aunque la operación aún está pendiente de la aprobación de la Premier League) a la compañía New England Sports Ventures (NESV), propietaria también de los Medias Rojas de Boston. Un hincha del Liverpool nunca caminará sólo (así dice el himno del equipo). Parece muy cierto. Comprar el Liverpool no significa ser su dueño.   ¿'Spirit of Shankly'? El nombre de la asociación alude a Bill Shankly, el entrenador con más partidos dirigidos en el Liverpool (783). Un hombre que fue capaz de ascender al equipo cuando estaba en segunda y autor, entre otras cosas, de la siguiente frase: "La ciudad de Liverpool tiene dos grandes equipos: el Liverpool, y los reservas del Liverpool", en clara ofensa al Everton. Miles de personas se unieron a la asociación y se tomaron fotos desde distintos rincones del planeta apoyando la causa. La imagen que acompaña este texto se tomó en las Torres Petronas de Kuala Lumpur. Toda la galería: AQUÍ En Twitter: @javieraborda

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