La situación del delantero polaco Robert Lewandowski que quiere dejar el Bayern, pese a que aún tiene un año más de contrato, puede tener diversos desenlaces entre los que se ha venido barajando la aplicación del artículo 17 de los estatutos de la FIFA.
Sin embargo, implicaría para el jugador y para el equipo que quiera sus servicios, pasar por un campo minado.
El artículo 17 contempla que un jugador extranjero, es decir de nacionalidad distinta a la de la liga en que se desempeña, y que ha cumplido los 28 años puede rescindir unilateralmente su contrato después de tres años.
El abogado alemán Christoph Schickhardt dijo al diario "Bild" que aunque el camino de la rescisión del contrato está abierto "quien lo emprenda está recurriendo a un harakiri".
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"La FIFA conscientemente hizo que las consecuencias de una aplicación del artículo 17 sean incalculables. Tiene un ramo de medidas y sanciones disponibles y nadie puede saber cuánto hay de rosas y cuánto de espinas", dijo el abogado.
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"Por eso el Barcelona no puede calcular las consecuencias y reservar el dinero para pagar posibles compensaciones", agregó.
Según el derecho suizo -y como es sabido la FIFA tiene su sede en Suiza- es más fácil romper unilateralmente, lo que obedece a la idea de que se pueden rescindir contratos a términos fijo.
Sin embargo, lo último se da solo bajo la condición de que quien toma la iniciativa para rescindir el contrato tiene que cubrir los gastos de todos los perjuicios que esto origine.
Por otra parte, una invocación del artículo 17 por parte de Lewandowski llevaría, según el abogado, a un conflicto con el derecho laboral alemán que estaría por resolver.
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"La Magistratura Laboral de Múnich sencillamente constataría que hay un contrato vigente. Si Lewandowski no lo cumple, el Bayern tendría derecho a todas las indemnizaciones pertinentes", explicó.
En caso de un incumplimiento -o de una "huelga" de Lewandowski para presionar su salida- el Bayern podría recurrir de forma legítima a diversas herramientas, como una multa, un recorte del salario o enviar al jugador a la tribuna.
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Schickhard asegura haber asesorado a varios clubes que se veían amenazados por un incumplimiento de contrato de algún jugador, con base en el artículo 17.
"Tras señalar los problemas que tiene el artículo 17, los jugadores y los clubes que querían conseguir sus servicios desistieron de ello", aseguró el abogado.
Por otro lado, los abogados de la contraparte, según Schickhard, no pueden recomendar asumir los riesgos incalculables que implica recurrir al artículo 17.
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Por eso, en ese punto, según el abogado, "el Bayern no tiene de que preocuparse".
En 2009, cuando estaba en el aire un traspaso de Franck Ribery al Real Madrid -el francés se quedó 10 años más en el Bayern- el entonces presidente del club bávaro, Uli Hoeness, hizo una advertencia en contra del artículo 17.
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"Si un gran club recurre al artículo 17 lo que vendría sería el infierno. No le recomiendo a nadie que lo haga", dijo.