Dicho encuentro amistoso tuvo que haberse disputado el 10 de agosto de 2011, pero la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) decidió suspender el enfrentamiento.
La FRF había vendido más de 30.000 entradas para el partido, en el que estaba previsto inaugurar el Estadio Nacional de la capital rumana. Ante la cancelación del encuentro la FRF amenazó a la AFA con denunciarla ante la FIFA, pero finalmente llegaron a un acuerdo.