Del Bosque representa el éxito de la humildad y el triunfo de la sencillez en el fútbol. Es un modesto ganador que nunca presumirá de una carrera repleta de éxitos con el Real Madrid, a la que no ha podido poner mejor broche que guiando a la selección española a escribir las páginas más brillantes de su historia.
Heredó un proyecto ganador diseñado por Luis Aragonés y con un manual de estilo inconfundible en su forma de entrenar, apostó por la sensatez y el sentido común en la lenta renovación de un grupo que tocó el cielo futbolístico en la Eurocopa 2008, para volver a triunfar en un vestuarios repleto de estrellas y conquistar el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012.
Siempre con su inseparable Toni Grande a su lado, con quien comparte cualquier inquietud táctica y toma cada decisión. Y con su hombre de confianza en el apartado físico, Javier Miñano. Las personas de las que primero se acordó al recibir el premio junto a sus jugadores. De ellos, por encima de su calidad como futbolistas, destaca la humana. "Nos hacen muchos mejores".
Dos Ligas de Campeones (2000 y 2002), dos títulos de Liga (2001 y 2003), una Supercopa de Europa (2002), una Copa Intercontinental (2002) y una Supercopa de España (2001), todas al frente del Real Madrid, forman parte del currículum del técnico salmantino que fue elegido mejor entrenador del mundo del año 2002 por la Federación Internacional de Historia y Estadística.
Su vida estuvo siempre vinculada al Real Madrid: desde la temporada 1968-69 cuando era jugador del equipo juvenil, hasta sus últimos días como técnico de la 'casa blanca' (23-06-2003). Allí, convirtió la serenidad y la templanza en sus señas de identidad.
Su brillante carrera como técnico hizo ubicar en segundo plano su trayectoria como jugador, que totalizó 441 partidos oficiales en el Castilla, Córdoba, Castellón y Real Madrid, con cinco títulos de Liga y cuatro Copas del Rey. Además fue internacional en 18 ocasiones con España, marcó un gol y disputó la Eurocopa de 1980.
Tras su retirada, el 30 de junio de 1984, se sumó como técnico en las categorías inferiores de su segundo hogar, el Real Madrid, para apadrinar grandes generaciones de futbolistas y convertirse en el referente de la cantera. Aún hoy sabe de memoria todos los nombres de los canteranos que dirigió. Controlaba con un mimo paternal a todos.
En 1994 llegó su primera oportunidad en el banquillo del primer equipo madridista tras la destitución de Benito Floro. Su experiencia se extendió tres meses, para regresar a su trabajo en la cantera madridista. Era el hombre de la casa preparado para entrenar al primer equipo cuando algo fallaba. El nuevo Luis Molowny, su gran mentor en esta misión y que muy pronto vislumbró en el salmantino a su más digno sucesor.
Repitió Del Bosque en 1996 tras la destitución de Jorge Valdano, en un único partido (5-0 al Athletic en San Mamés). Y el 18 de noviembre de 1999 fue cuando formalmente recibió su gran oportunidad, al sustituir a John Benjamin Toshack, despedido por negarse a rectificar unas duras críticas a la plantilla.
Protagonizó cuatro años de idilio madridista, tras conquistar la octava Copa de Europa (2000). Ni el cambio de presidente con la llegada de Florentino Pérez, el 17 de julio de 2000, pudo mover al 'modesto ganador' de su lugar. Siempre respondió bien en la nueva política de "una estrella por temporada", que puso a prueba su calidad para manejar el vestuario y su temple para dirigir a figuras y, de paso, fomentar la cantera que tanto conocía bajo el lema "Zidanes y Pavones".
Ajeno a cualquier tipo de polémica, con una voz siempre serena y sin elevar la voz, sus declaraciones ante los medios de comunicación parecieron siempre negativos de una misma fotografía. Nunca pronunció una palabra malsonante, ni habló mal del equipo contrario, ni de los árbitros para justificar un resultado y siempre defendió a sus jugadores y al club, con el que volvió a ganar la Copa de Europa en 2002.
La búsqueda de un técnico con una "imagen acorde" al Real Madrid, provocó, en palabras de Florentino Pérez, la salida de Vicente del Bosque del equipo, que, sumada a la del capitán Fernando Hierro, puso fin a una época en la 'casa blanca'.
Fue una opción para ser seleccionador en el verano de 2004, tras dejar la selección absoluta Iñaki Sáez, pero la balanza se inclinó por Luis Aragonés. Optó por un paso fugaz y millonario por el Besiktas turco en la temporada 2004-2005. A su conclusión regresó a casa para esperar su gran oportunidad. Se la dio Fernando Hierro, con quien saboreó la gloria en el Real Madrid y compartió el dolor de la salida del club de sus corazones.
El 20 de agosto de 2008 se inició en Copenhague "la era Del Bosque" con la selección española. Desde entonces en 39 partidos oficiales, 34 triunfos, tres empates y sólo dos derrotas. La conquista de un Mundial y una Eurocopa para convertirle en el mejor seleccionador de la historia del fútbol español. Situando siempre los valores educativos por encima de la competitividad.
"Todos lo que estamos en el fútbol y sentimos fascinación por él queremos ganar, pero estamos obligados a defender el fútbol, cuidarlo y mimarlo, trasladar la mejor ética y conducta personal". Su mensaje de agradecimiento por el galardón es un lema de vida de un laureado entrenador y sobre todo una gran persona.